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Lunes, 13 Mayo 2024
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Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal a la Iglesia y al pueblo de Costa Rica al finalizar la CXXVII Asamblea Ordinaria 

“El amor a Dios y al prójimo es un único amor”

Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido

 

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir.

En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”.

La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia y solidaridad, tanto en el ámbito interpersonal como en el social.

Hemos querido en esta Cuaresma, en consonancia con la invitación del Papa Francisco, reflexionar sobre nuestra realidad desde la visión del desarrollo humano integral al que nos invitó san Pablo VI, en su encíclica Populorum progressio. Dicho desarrollo se concibe como el resultado de una dinámica social que permita que el ser humano vaya alcanzando cada vez más plenitud de vida, conforme con su elevada dignidad. Nos referimos a este tema fundamentados en que “la Iglesia está llamada a promover el desarrollo integral del hombre a la luz del Evangelio. Este desarrollo se lleva a cabo mediante el cuidado de los inconmensurables bienes de la justicia, la paz y la protección de la creación”. (Papa Francisco, Carta al Dicasterio Desarrollo Humano)

Como pastores, sentimos el deber de reflexionar sobre el desarrollo humano de Costa Rica y de la población de cada una de nuestras diócesis, atendiendo a sus desafíos, tanto en lo que debemos superar como en lo que debemos potenciar. Destacamos algunos aspectos de nuestra evaluación del actual modelo de desarrollo del país.

 

Aspectos que limitan el desarrollo humano integral

Mirar el desarrollo costarricense solamente desde indicadores económicos sería un error. Ya el Papa san Juan XXIII afirmó que “el desarrollo económico y el progreso social deben ir juntos y acomodarse mutuamente, de forma que todas las categorías sociales tengan participación adecuada en el aumento de la riqueza de la nación" (Mater et magistra, 73).

El país cerró el año pasado con una de las mejores tasas de crecimiento económico de la región latinoamericana: primer lugar mundial de atracción de inversión extranjera directa en proporción al tamaño de nuestra economía; reducción de la deuda pública respecto del producto interno bruto; reducción de la tasa de desempleo; país con la menor tasa de inflación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico OCDE; crecimiento sobresaliente en sus exportaciones, incluidas las exportaciones agrícolas; con un gran prestigio, al punto de haber sido declarados como el “destino turístico del 2024”[1].

Pero, lamentablemente, hay evidencias de que no marchamos decididamente hacia un mayor desarrollo humano integral:

Al término de la Asamblea Ordinaria de los Obispos del país, celebrada esta semana, ha sido elegida una nueva Junta Directiva de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.

Monseñor Javier Román, obispo de Limón, fue elegido como Presidente, Monseñor Mario Enrique Quirós, obispo de Cartago, vicepresidente, Monseñor Bartolomé Burgués, obispo de Alajuela, Secretario General y Monseñor José Rafael Quirós, Arzobispo de San José como tesorero.

En conversación con el Eco Católico vía telefónica, Monseñor Javier Román agradeció a Dios permitir encontrarse con sus hermanos obispos para dialogar sobre la vida de la Iglesia en nuestro país.

"Han sido días en los que hemos orado pidiendo discernimiento y ayuda del Espíritu Santo por el bien de la fe de nuestro pueblo".

En efecto, explicó, "esta fue una asamblea electiva de la nueva Junta Directiva de la Conferencia Episcopal para los próximo tres años en la cual mis hermanos han querido que sea yo quien presida en este próximo periodo".

Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal a la Iglesia y al pueblo de Costa Rica al finalizar la CXXVI Asamblea Ordinaria

La fe: fuente de alegría para caminar juntos

«No temas, porque yo estoy contigo, no te inquietes,

porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo,

yo te sostengo con mi mano victoriosa»

(Isaías 41, 10)

 

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