Hago este comunicado con el fin de aclarar la situación que ha generado de incertidumbre al haber personas ajenas a la Orden Libanesa las cuales se autoproclaman ser las autorizadas para dar aceite de San Charbel  y otros objetos que no son aprobados por la Eparquía con el propósito de detener la falsa devoción al Santo Charbel.

Les saludo en la Paz del Señor, en completa entrega a ustedes con el cariño de siempre y mis oraciones para la intercesión de nuestra Santa Madre en sus intenciones.

Debo escribir estas líneas por la obligación legal y moral que me atañe en mi ejercicio sacerdotal, así como por formar parte de la Orden Libanesa Maronita, y mantener la representación y cuido de dicha orden milenaria en territorio costarricense.

Hace aproximadamente tres años llegué a este territorio bendito como enviado por la Orden Maronita y designado por el Obispo George Saad Abi Younes para llevar la palabra de Dios a los Libaneses en Costa Rica y a los costarricenses que estaban ayunos de conocimiento en cuanto al rito Maronita y la devoción a los Santos Libaneses, dentro de ellos San Charbel.

Inicié mi labor pastoral con éxito y el cariño de la gente, obteniendo la autorización por parte del convenio existente entre la Conferencia Episcopal Costarricense y la Orden Maronita para la utilización de la Iglesia las Ánimas, ubicada en avenida diez, para la difusión del Rito Maronita y para la veneración de la reliquia de Primer Grado del Santo Charbel, así como las reliquias de Santos como el Padre Pío, José Sánchez del Río, Maximiliano María Kolbe, entre otros, a las que se da acceso a los fieles que tengan verdadera devoción.