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Tus dudas ¿Qué son el Kerigma y el Primer Anuncio?

By Mons. Vittorino Girardi S. Agosto 11, 2023

“Monseñor: Ante todo reciba mi respetuoso saludo y le aseguro a la vez mi profunda gratitud por todas las ocasiones en que he podido aprovechar de sus enseñanzas. En reuniones de formación, desde hace ya una buena temporada, se hace referencia al Kerigma y al Primer Anuncio. A veces tengo la impresión de que son dos palabras para decir lo mismo, y así me hacen pensar los sacerdotes que nos dan la formación, y sin embargo, otras veces, creo que tienen un significado distinto. Monseñor, ¿me puede aclarar, una vez para siempre qué es el Kerigma y qué es el Primer Anuncio?”

 Yorleny Vega G. – Guadalupe

 

Estimada Yorleny, hay que recordar la antigua afirmación: “Las palabras son inocentes” y eso para decir que ellas dependen del uso que nosotros queramos hacer de ellas. La misma palabra, en español, en México puede tener un sentido y otro en Costa Rica, a veces, opuesto. No son pocos los casos en que esto acontece.

No hay que sorprenderse, pues, si en algún caso, los dos términos, Kerigma y Primer Anuncio, son asumidos para expresar lo mismo, como si fueran sinónimos, y en otros casos, sean tomados como si se tratara de realidades distintas.

Propiamente hablando, hay que admitir que una “cosa” es el Kerigma y otra es el Primer Anuncio. Con este último término, se quiere indicar una serie de circunstancias, actividades, de relaciones… orientadas a suscitar en la persona un vivo interés para conocer a Jesús, para “acercarse” a Él y, de ese modo, para conocerle y conocer su mensaje y su doctrina.

Doy un ejemplo. Pacomio, un joven egipcio de 20 años, que vivió en el cuarto siglo, fue obligado a enrolarse en el ejército imperial romano… Terminó en la cárcel, con sus compañeros. Protegidos por la oscuridad, los cristianos del lugar, les llevaban un poco de alimento. El gesto de aquellos desconocidos, conmovió a Pacomio quien les preguntó quién los obligaba a hacer eso. “El Dios del cielo”, fue la respuesta de aquellos cristianos. Aquella misma noche, Pacomio oró al Dios de los cristianos para que lo liberara de las cadenas.

Él era de una familia pagana, no conocía a Jesús y esa experiencia que le ofrecieron aquellos generosos cristianos, fue para él, “el Primer Anuncio” de Cristo. Salido de la cárcel, Pacomio, muy pronto buscó una comunidad cristiana y ahí se le instruyó, fue bautizado y pronto decidió dedicarse plenamente a vivir como Cristo, abrazando la vida monástica, en pobreza, castidad, obediencia y prolongada vida de oración.

Hagamos ahora un salto en el tiempo y volvamos a Costa Rica. Me consta que no pocos jóvenes de nuestra patria, recibieron un auténtico “Primer Anuncio de Cristo” cuando, en 1983, nos visitó Juan Pablo II. Claramente sabemos que eran cristianos, que conocían algo del Catecismo, pero en esa ocasión, se sintieron como “tocados” en lo más íntimo, y esa experiencia, los motivó a tomar una actitud nueva y decisiva en querer una relación más personal y de adhesión muy sincera con la persona de Jesús. Nunca antes habían sido alcanzados por ese “Anuncio”; era el primero.

Cuando hablamos de Kerigma (la palabra es griega) queremos referirnos al anuncio fundamental de Cristo, de su mensaje y de su obra salvadora. Se trata de proclamar con gozo y valentía que en Cristo y por Él, Dios nos ha manifestado que es nuestro Padre, que nos ha creado, que nos conoce, que nos ama y que nos espera. Es la explicitación de lo que Cristo mismo le dijo a Nicodemo aquella noche, cuando éste fue a verle: “Tanto ha amado Dios al mundo, que le ha entregado a su propio Hijo para que todo el que crea en Él, no perezca, sino, que tenga vida eterna. No ha enviado a su Hijo al mundo para que juzgue al mundo, sino, para que el mundo se salve por Él” (Jn 3, 16-17).

Como vemos fácilmente, el Kerigma es una fundamental proclamación de esperanza: es el anuncio de que Dios es fiel a cada uno de nosotros, más allá y, a la vez, a través de nuestras infidelidades. “Él sigue escribiendo con nosotros su historia de amor y de misericordia”, como lo diría el Papa Benedicto XVI.

Cuando alguien abre su oídos y, sobre todo, su corazón para acoger este “alegre anuncio” experimenta que le brota dentro la pregunta que los judíos le dirigieron a Pedro el día de Pentecostés, una vez que oyeron el anuncio del Kerigma cristiano: “¿Qué tenemos que hacer?” a lo que Pedro contestó: “Conviértanse y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el nombre de Jesucristo para la remisión de sus pecados y recibirán el don del Espíritu Santo” (Hch 2, 37-38).

La finalidad del Kerigma es, pues, llevar al oyente de la Palabra de Dios, a la conversión que es como un nuevo nacimiento (cfr. Jn 3, 15), participando así de la vida divina por la cual podemos dirigirnos a Dios llamándole Padre, que nos ha comunicado su propia vida, la que no tiene fin.

Como acabamos de constatar, estimada Yorleny, mientras que el Primer Anuncio, propiamente no tiene un contenido específico, como lo hemos apreciado en el ejemplo de Pacomio y de los jóvenes que lo recibieron por la visita de Juan Pablo II, el Kerigma sí que tiene un contenido bien específico y se refiere a lo fundamental y esencial de la Buena Noticia que es el cristianismo. El primero está orientado a abrir camino al Kerigma, y éste a dar pasos decisivos en el camino de seguimiento de Cristo.

Last modified on Viernes, 11 Agosto 2023 12:18

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