El Pbro. Mario Segura Bonilla, Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal de Costa Rica y coordinador de la Comisión Nacional del Sínodo participa en el Encuentro Internacional de Párrocos sobre Sinodalidad, que tiene lugar estos días en Roma, organizado por la Secretaría General del Sínodo de la Santa Sede.
Con él conversamos sobre esta experiencia y el siguiente es un extracto del diálogo
Padre, ¿cómo valora la experiencia de poder participar en el Encuentro Internacional de Párrocos en Roma?
Verdaderamente es un don que Dios ofrece, estar aquí con sacerdotes de todas partes del mundo, diferentes culturas, razas, lenguas y tradiciones, es una experiencia viva de cómo el Espíritu Santo continúa actuando. El grupo en que me ha correspondido trabajar estos días somos 10 sacerdotes de los países Hungría (católico oriental, casado y con 5 hijos), Iraq (Siro católico), Corea del Sur, Pacífico central de Oceanía, Croacia, Eslovaquia e Italia. Coincidimos en muchos de los desafíos, así como en las luces que también encontramos en Costa Rica. Por tanto, es la imagen del Espíritu que se hace realidad y actúa con la variedad de carismas, pero manteniendo la unidad eclesial.
¿Por qué es vital que los párrocos asuman la sinodalidad como la naturaleza de la Iglesia y la pongan en práctica?
Lo primero es que no podemos pensar que esto es una moda, una palabra más que agregar a nuestro vocabulario, ni menos aún, creer que es ingeniosidad del actual pontificado. Aunque la misión de la parroquia no solo es del párroco, sino de los fieles junto al párroco, es vital, diría incluso esencial a nuestra vocación, caminar junto a nuestras comunidades. Asumir la sinodalidad es colaborar en dirigir nuestras parroquias siendo verdaderos Cristos, guiando a quienes nos han confiado a encontrarlo a Él, Camino, Verdad y Vida. Permitiendo que sea el Espíritu Santo quien guía la vida eclesial a través de la escucha, que es una de las características de la sinodalidad, para que así a través de los Consejos Pastorales y Consejos Económicos los laicos se tornen en auténticos protagonistas de la vida de la Iglesia.
¿Qué obstáculos deben ser vencidos desde el ámbito de las parroquias para avanzar hacia una Iglesia realmente sinodal?
En este encuentro se han señalado los siguientes obstáculos, que los comparto con el fin de que hagamos un examen de conciencia como sacerdotes para que podamos evaluar si se dan en nuestras diócesis costarricenses.
La sinodalidad se dificulta por:
- Percibir la sinodalidad como algo del momento y no darle el lugar que tiene en la vida de la Iglesia, desde siempre.
- El “Caciquismo” en ocasiones a nivel laical, a nivel comunitario, o del mismo sacerdote.
- El clericalismo, que es similar a la expresión anterior y se da tanto por parte de los sacerdotes, como en ocasiones por parte de los laicos para con los mismos laicos.
- Temores, miedos, por la falta de confianza en la acción del Espíritu Santo. Pensando que este servicio sinodal depende de nosotros mismos.
- El temor de poner en práctica la capacidad del discernimiento comunitario, para buscar realizar siempre la voluntad de Dios.
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