Con la prudencia que le caracteriza, Mons. Óscar Fernández, Obispo de Puntarenas, pondera cada palabra antes de responder. Este domingo 22 de diciembre cumple sus 75 años de edad, lo que significa que, de acuerdo con las normas canónicas, debe presentar su renuncia al Santo Padre.
Los fieles de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Puntarenas, oraron por el 59 aniversario de la partida a la Casa del Padre de Fray Casiano de Madrid. La actividad tuvo lugar el 29 de junio a las 9 a.m. en el templo parroquial.
Este recordado religioso franciscano se llamó Juan Morera Coll, hijo de Juan Morera y María Coll. Nació en octubre de 1892 en Madrid, España.
Fray Casiano se crió en un hogar religioso y más adelante descubrió su vocación en el servicio y la dedicación al pueblo de Dios.
Con el pasar de los años ingresó al Convento de los Padre Capuchinos de Tarragona, España. Una vez convertido en fraile, escogió el nombre de Casiano en honor a San Casiano, mártir capuchino. Por ser de origen madrileño se le agrega “de Madrid”.
En el año de 1926, Fray Casiano recibió la orden de viajar a América. Primero llegó a Panamá, pero en 1929 fue enviado a Costa Rica. Fue en Puntarenas, conocida como la Perla del Pacífico, donde su obra social comenzó a dejar una huella imborrable.
La obra de Fray Casiano de Madrid se centró en la niñez desamparada. Toda su vida la dedicó a buscar el bienestar de aquellos niños que fueron víctimas de la incomprensión de sus padres, quedaron huérfanos a muy temprana edad o bien, por alguna circunstancia especial se encontraban en una situación difícil de desorganización familiar.
Para 1934, su madre se unió a él y juntos fundaron el primer hogar para niños en condición vulnerable en Puntarenas, hoy conocido como el Hogar Monserrat. En ese lugar, Fray Casiano tuvo a su cuidado 121 niños, a quienes sacó adelante gracias a donaciones de la comunidad.
El 28 de junio de 1965, cuando contaba con 73 años de edad, Fray Casiano falleció en el Hogar Monserrat a causa de un infarto, justo un día antes de viajar a España. Su muerte fue un golpe para la comunidad, que lloró profundamente. Sus restos yacen en la iglesia de El Carmen en Puntarenas, un lugar que sigue siendo un símbolo de su amor y dedicación a los más necesitados.
Llegaron en una pequeña lancha, un domingo por la mañana hace casi 10 años, el 13 de noviembre de 2013. Eran cuatro, venían procedentes de México, con mucha ilusión. Una vez en la isla, subieron a la cabina de un vehículo y llegaron a la capilla de la comunidad, donde los vecinos les tenían preparada una calurosa bienvenida.
Las Misioneras del Señor de los Corazones y de Santa María de Guadalupe y la Isla de Chira protagonizan una historia de amor, del amor de Dios para la Diócesis de Puntarenas, cuyo 25 aniversario celebrará el próximo 17 de abril.
Allí también las recibió Mons. Óscar Fernández, obispo diocesano. “Hoy es un día en el que la palabra “gracias” se debe escuchar a cada momento”, exclamó, justo en la entrada del templo.
Este viernes 19 de marzo, en la Solemnidad de San José, son ordenados diáconos los jóvenes Anthony José Solano e Isaac Barrientos, de las diócesis de Alajuela y Puntarenas respectivamente.