

Pocos días antes de fallecer, en cama, con el dolor y el sufrimiento provocado por la enfermedad, le preguntó a un amigo si era feliz, este respondió que sí y le devolvió la pregunta, a lo que contestó con una sonrisa: ¡Nunca he sido más feliz!
La pérdida de un bebé por aborto espontáneo o muerte prenatal suele causar mucho dolor y, algunas veces, los centros médicos no ofrecen o no están preparados para ofrecer la atención más adecuada en estos caos, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).