La han visto subirse a una motocicleta, en una mano lleva su maleta y con la otra se agarra al conductor, para ir rumbo a las comunidades más alejadas y de difícil acceso de la Zona Norte y compartir con sus pobladores la Buena Nueva.
La gente llegaba al portón del Convento de las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento, en Santo Domingo de Heredia, para preguntar por “las mejores pupusas”, sin embargo, la demanda a veces sobrepasaba las posibilidades de las religiosas y las pupusas se agotaban rápidamente.