La motivación es un factor clave para alcanzar el éxito. Cuando estamos motivados nos sentimos bien, llenos de energía y con muchas ganas de lograr aquellas metas que nos hemos propuesto, y cuando esta falta, sufrimos una pérdida de interés por aquello que tanto nos llegó a emocionar, que podemos incluso renunciar a nuestros objetivos.
Es muy importante aprender a identificar la desmotivación, de esta manera, podremos actuar apenas esta aparezca y evitaremos que nuestros planes y proyectos se queden sin culminar.
La falta de motivación se manifiesta de muchas maneras y en muchos ámbitos, desde el escolar y familiar, hasta en los negocios, objetivos personales y relaciones de parejas.
Habitualmente la motivación académica desde el punto de vista de los investigadores es tratada, como las acciones que realizan los docentes para que los alumnos se motiven.
Frecuentemente se confunde motivación con el arte de estimular. Sin razonar, que la motivación es el interés que tiene el alumno por su propio aprendizaje o por las actividades que le conducen a él.
El término motivación hace alusión al aspecto en virtud del cual el sujeto vivo es una realidad autodinámica que le diferencia de los seres inertes.
Pero, en el marco teórico son cuestiones no resueltas: cómo se produce la motivación, cuáles son las variables determinantes, cómo se puede mejorar desde la práctica docente, etcétera, y constituye una de las problemáticas que dificultan el aprendizaje escolar y el actuar de los docentes.
La motivación es un proceso auto energético de la persona que ejerce una atracción hacia un objetivo que supone una acción por parte del sujeto y permite aceptar el esfuerzo requerido para conseguirlo.
La motivación está compuesta de necesidades, deseos, tensiones, incomodidades y expectativas. Constituye un paso previo al aprendizaje y es su motor.
La ausencia de motivación hace complicada la tarea del profesor, limita la función del docente, al ser un agente externo que trata de desencadenar las fuerzas internas de los alumnos, constituye esto un verdadero problema que obstaculiza el aprendizaje de los estudiantes, dificultad, a la que se enfrentan los educadores cada día.
El manejo de la motivación es imprescindible en el inicio, desarrollo y cierre de la actividad docente.
Para conseguir que los alumnos aprendan, no basta explicar bien la materia, ni exigirles que aprendan; es necesario despertar su atención, crear en ellos un genuino interés por el estudio.
En la práctica se traduce en una limitada eficacia de las motivaciones colectivas, si no van acompañadas de una individualización y adecuación a las peculiaridades del alumno, en las que influyen tanto, los rasgos de personalidad como, su propia historia.
Para ello, hay que apoyarse en los intereses de los alumnos y conectarlos con los objetivos del aprendizaje o con la misma actividad.
Hay muchos profesores que tienden a utilizar metodologías interesantes para ellos, pero que no provocan ninguna motivación en los alumnos.
Los alumnos no se motivan por igual, por lo que es importante buscar y realizar actividades motivadoras que impliquen mayor participación del alumno, se motivan más y mejor quienes mayores y mejores experiencias viven en el aula, no es lo mismo, motivar que estar motivado.
El papel del docente es fundamental en la formación y cambio del autoconcepto académico y social de los estudiantes; es la persona más influyente dentro del aula, por tanto, el alumno valora mucho sus opiniones y el trato que recibe de él.
Un alumno que es ridiculizado ante sus compañeros, que recibe continuas críticas del docente por sus fracasos, su autonomía e iniciativa se anula sistemáticamente al recibir mensajes negativos para su autoestima.
En cambio, un alumno a quien se le escucha, se le respeta y se le anima ante el fracaso recibe mensajes positivos para su autoestima.
Cuanto mayor éxito una persona tenga, esta experimentará una mayor motivación. Si se acumulan los fracasos, las expectativas de éxitos disminuyen notablemente, por lo tanto, es indispensable propiciar una reducción del fracaso en las experiencias escolar.
En la escuela tradicional se le llama motivación solamente a la inicial, pero, la motivación debe mantenerse hasta el final, y ser el punto de partida en todo momento, permitiéndonos lograr el objetivo fundamental que es el aprendizaje.
“Aléjate de la gente que trata de empequeñecer tus ambiciones. La gente pequeña siempre hace eso, pero la gente realmente grande, te hace sentir que tú también puedes ser grande”.
Mark Twain