Cuando nada parece tener sentido es preciso pedir al Señor que utilice ese tiempo de confusión e incertidumbre un renacer espiritual. Es preciso cuestionarnos ¿Qué hemos hecho para quitar esos sentimientos de nuestra vida? ¿Has orado? ¿Estás pidiéndole a Dios que te proporcione el “pan de cada día” que te muestre qué pasos de acción Él quiere que tomemos?
En estos momentos angustiosos, es importante pedir a Dios que reordene nuestras prioridades cuando sea necesario. En especial en aquellos momentos de dificultades económicas o de pérdidas, en esas situaciones se expone lo que es más importante para nosotros y lo que no es necesario. Este reordenamiento proporciona una oportunidad para identificar cualquier tendencia a acumular “cosas” que no necesitamos, y nos hacen tomar medidas para desarrollar un estilo de vida más moderado
La incertidumbre, como dice el Padre Mario García de la Diócesis de Puntarenas, “la podemos abrazar con una certeza y esa certeza es la misericordia de Dios que siempre nos acompaña y nos guía. Así que para abrazar la incertidumbre, hay que abrazarse al amor del Señor”.
Y para lograr esto, asegura el presbítero es necesario alimentar la fe con la oración “intentar llenar el ambiente con cosas positivas y que alimenten ese optimismo además de rodearnos de personas que nos apoyen en esas circunstancias”.
En ocasiones cuesta confiar en Dios “y la razón es que nosotros siempre queremos tener todo bajo nuestro control y tenerlo todo en nuestra medida, y cuando las cosas se salen de ese control es cuando nos cuesta ponerlo en las manos del Señor”.
La unión familiar ayuda mucho a evitar que entren esos pensamientos en algunos de nuestros miembros “es muy importante fortalecer el diálogo y la unión entre los miembros de la familia. Evitar el aislamiento de alguno de los miembros y fortalecer la oración familiar como espacio de encuentro con Dios y encuentro entre los miembros de la familia”.