Controvertido tema el de la enseñanza virtual vs. Presencial. Cada vez más científicos entran a atizar la disputa, si bien que, no pocas veces, es desteñida por intereses de tipo político o ideológico y como no podría dejar de ser, económicos.
Bien sabemos cómo internet ha conmovido el mundo de la educación y de la sociedad por completo, al ofrecer comunicación sin límites, instantánea, permanente; pero, dando lugar a irreparables consecuencias: pérdida de la capacidad de atención, de la memoria -todo está en el aparatito, ya no almacenamos más en nuestras mentes las informaciones a que estamos expuestos- y de la realización de multitareas, dando lugar a las conocidas distracciones durante los momentos de aprendizaje. Omnipresente, internet, es la ventana al mundo virtual a través de la pantalla.
Ha quedado para el pasado el esfuerzo de indagar en “su memoria”, se recurre cómoda y perezosamente directo a internet, dependiendo de un factor externo. El psiquiatra alemán Manfred Spitzer, en su famoso libro “Demencia digital” (2013), afirma que, al ir delegando las tareas de conocimiento a internet, se va entregando el control de su comportamiento y sus actividades mentales a una como que memoria centralizada. No se percibe que, una cosa es el acceso a la información (“efecto Google”), otra es retenerla en “su memoria”, después de haber entendido.
¿Pantalla o libro?
“¿Tiempos difíciles? La digitalización de la enseñanza”, es el título de un excepcional trabajo de maestría en la Facultad de Educación de la Universidad Internacional de La Rioja, España, del Lic. Pedro Lara Astiaso (2017). Con abundantísima bibliografía en áreas de la biología, neurociencia, psicología cognitiva y pedagogía, llega a sorprendentes conclusiones sobre las secuelas desfavorables para la comprensión lectora, la memoria, la atención y la metacognición.
Introduciéndose en el entrechoque de los llamados “tecnoevangelistas” y los “tecnoescépticos” responde con especial claridad a: ¿lápiz o teclado?, ¿pantalla o libro?: “El cambio del papel o bolígrafo a pantalla, ratón o teclado, conlleva diferencias diversas y muy significativas en cuanto a la motricidad de la escritura. En la escritura manual, el que escribe concentra su atención visual en la punta del bolígrafo mientras lo hace. Cuando escribe con teclado, sin embargo, la atención visual está desligada de la acción motriz, es decir, del tecleo”. Además, considerando el copiar, cortar, pegar, autocorregir, etc., afirma que todo tendrá “efectos negativos en los procesos de aprendizaje”, especialmente “en su memorización”.
Discurriendo de cómo “los dispositivos digitales ahorran espacio, tiempo y esfuerzo físico, sin perder contenido alguno”, demuestra cómo la cosa es más compleja. “El cerebro trata a las letras como objetos físicos”, percibe un texto “en forma similar a como percibe un paisaje”. Por el contrario, “los soportes digitales tienen efectos perjudiciales para la comprensión lectora”, además de ir conduciendo al, “estrés, cansancio y déficit en la memoria de trabajo”.
En su largo y sustentado trabajo de tesis, reconociendo que “las pantallas tienen muchas ventajas”, “han contribuido considerablemente al bienestar de las sociedades desarrolladas”, pero no podemos ignorar los riesgos a que nos alertan los especialistas. Recuerda que “demuestran las investigaciones, que el papel es insustituible para la enseñanza”.
Como si escribiese para los días de hoy recuerda que: “cada ciclo -escolar- comienza con grandes promesas de las empresas tecnológicas sobre las posibilidades educativas del producto”. Lo fueron -a través del tiempo- las películas, los radiocasetes, la televisión, el vídeo, el ordenador, el proyector, la pizarra digital y las tabletas. “No obstante, en los colegios, no se produce progreso académico alguno”.
Que esta situación de virtualidad en la enseñanza no se extienda post pandemia. Ya se están sintiendo las consecuencias. No es la pantalla lo que ayuda al desarrollo de los niños y al crecimiento de los adolescentes. Virtualmente no hay interacción humana, no se corre, no se manipula, no se ve la realidad del mundo que los rodea. Toda educación tiene que ser humana. Necesitan de…la mirada de sus educadores.
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