Cuando se habla de aborto en la mayoría de los casos la discusión gira en torno a la mujer y al niño, sin embargo, hay un actor importante en esta historia y es el padre del bebé. ¿Qué pasa con el hombre que aborta? Me gusta hablar con estadísticas pero lamentablemente los estudios sobre aborto en el campo masculino escasean. La experiencia en la atención nos muestra que hay un antes y un después en la vida de quien pierde a un hijo, aunque esta decisión haya sido tomada por su cuenta. Cambios en el comportamiento, en las relaciones familiares y de pareja, en el consumo de sustancias, por mencionar solo algunos.
Hay quienes llevan el aborto en su corazón por un largo tiempo, muchos cargando la culpa por no haber ofrecido más apoyo a la madre, incluso por ser ellos quienes propusieran el aborto o lo pagaran, o por poner en duda que el hijo fuese suyo, dudas que calan en lo profundo de un corazón femenino en una situación crucial como lo es ver un positivo no planeado en la prueba de embarazo.
Otros caballeros nos expresan el dolor cuando fueron excluidos de la decisión, la impotencia de no haberlo podido defender a su hijo en el momento más vulnerable, los lleva a cuestionar su capacidad de protección para su pareja y para sí mismos.
No podemos negar que seguimos recibiendo casos de mujeres que al dar a conocer la noticia de su embarazo el padre del bebé reacciona asustado y evadiendo la responsabilidad que un hijo conlleva, también encontramos cada vez más a quienes adoptan una postura de “yo la apoyo en lo que ella decida, abortar o continuar con el embarazo”. Esta frase solo busca trasladar la responsabilidad a la madre, que se encuentra en un momento vulnerable y que en la mayoría de los casos necesita escuchar que no va a estar sola y que un hijo no le impedirá alcanzar sus metas.
Es innegable que los derechos de las mujeres han sido atropellados a lo largo de la historia no tener derecho a estudiar, ni elegir mediante el voto a sus gobernantes y ni que decir ser electas, por mencionar solo algunos. Luchas que sabiéndonos iguales en dignidad ante los ojos de Dios son más que justas. Lamentablemente hay quienes han desvirtuado esta noble misión y la han convertido en una guerra contra los hombres, haciéndolos creer que son padres hasta que el bebé haya nacido, y que antes de eso no tienen ni voz, ni voto.
Si sos parte de ese grupo de hombres que hoy sufren en silencio un aborto, no te callés, buscá ayuda y quizá tu historia permita que otros no comentan el mismo error.
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