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“El ser humano no es nunca un caso perdido”

By Diciembre 16, 2022
Dr. Pbro. Alexis Rodríguez Vargas. Dr. Pbro. Alexis Rodríguez Vargas.

El Dr. Pbro. Alexis Rodríguez Vargas es el Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Cultura y Educación, CONACE, de la Conferencia Episcopal de Costa Rica. Como tal, y también por su servicio en la Universidad Católica como Director General de Relaciones Internacionales y Desarrollo Institucional, es una persona ampliamente conocedora del campo educativo. Con él conversamos y este es un extracto del diálogo:

 

En el Mes del Educador, la Iglesia invitaba a la escucha mutua para caminar juntos, ¿hemos perdido esa capacidad de escucharnos y de reconocernos como hermanos?, ¿qué consecuencias ha tenido, y tiene, esa carencia?

Afirmarlo así, creo que sería demasiado fuerte, porque no se puede generalizar, hay personas que crecen con este deseo de encuentro y escucha, lo que sí, por lo menos a mí me parece evidente, es que nuestra sociedad, con su estilo más consumista y más individualista, más encerradas las casas, con menos contacto con los vecinos, más ocupados en los tiempos de trabajo, de más carencias económicas, una sociedad que se acelera muchísimo, y que tiene más tecnología y menos espacios de encuentro, todo esto ha generado cambios en la cultura y la forma de escucharnos y reconocernos, entonces hay muchas consecuencias que vemos ahora que los muchachos regresan a la escuela, como más violencia, más problemas sicológicos y emocionales de los jóvenes y las familias, incluyendo depresión e intentos de suicidio, pero otro tipo de problemáticas sociales, como menos preocupación por el hermano, más violencia en las carreteras, sin que quiera establecer una dinámica de causa-efecto, si al ir disminuyendo la capacidad de comunicación y comunión se manifiestan más problemáticas sociales y hay menos espacio para resolver juntos estas cosas.

 

Vivimos una crisis educativa, nadie lo podría negar. Conocemos las causas, pero, ¿cuál debe de ser el aporte de los creyentes en orden a las soluciones para salir de ella?

El Papa Benedicto XVI nos hablaba de la urgencia educativa, que son todas las carencias que nuestras instituciones educativas, como la escuela, la familia y otros ambientes tienen para acompañar a las generaciones jóvenes en el proceso de crecimiento y para transmitirles los valores de nuestra cultura. El cuidado que se debe de tener es no pensar que se trata solo de una cuestión tecnológica, de que nos cuesta más transmitir los contenidos, lo cual es cierto, pero hay mucho más. Y creo que aquí es el lugar en el que los creyentes y no creyentes que comparten una antropología más integral puede aportar una propuesta de formación integral no solo basada en contenidos, sino en formar en toda su persona en su cabeza, en sus emociones y en sus acciones. Además de ello tenemos la posibilidad de proponer valores fundamentales para nuestra sociedad, y un tercer elemento muy práctico es que en nuestro país hay muchas instituciones educativas de inspiración católica, que dan un aporte muy amplio par hacer redes y sinergias para visibilizar soluciones y compartir buenas prácticas, para que como comunidades podamos salir delante de esta emergencia o crisis educativa.

 

La cultura del descarte también se ha incrustado en la educación, tras la pandemia incluso con más fuerza, ¿estamos a las puertas de otra generación perdida?

El concepto de cultura del descarte es presentado por el Papa Francisco en su magisterio tratando de explicar características de nuestra sociedad, donde muchas de nuestras relaciones, incluso históricas, son ahora precarias. Durante la pandemia nos enfrentamos a muchas de estas cosas, y probablemente se reforzaron muchos de los rasgos de la cultura del descarte, pero no diría que estamos frente a una generación perdida, si creo que vamos a tener muchos problemas con quienes nos llegan a las aulas con carencias básicas, pero desde una perspectiva creyente el ser humano no es nunca un caso perdido, entonces no hablaría de generación perdida, sino de una que tiene mucho que aportar y ofrecer y que tenemos que escuchar y acompañar de muchas maneras.

 

El Papa pide un pacto educativo, que en primer lugar coloque a la persona en el centro, ¿por qué ello es fundamental?, ¿cuánto daño le hacen las ideologías a la educación?

Lo primero es entender que no se trata de una educación centrada en el estudiante, ni en el docente, sino que pone al ser humano, de modo integral, en el centro, y esto es importante porque desde la perspectiva cristiana, desde que el Hijo de Dios se encarna, el camino de la salvación es el camino de la persona, la salvación pasa por la persona y entonces el proceso educativo pasa por la persona, entendida integralmente, con sus fortalezas, debilidades, su vocación, voluntad y esperanza. En este sentido enfatizar algún tipo de ideología disminuye la riqueza del ser humano y la parcializa, y al hacer eso se daña la educación porque deja de ser un proceso de formación integral y se convierte nada más en un esfuerzo desde la ideología que se asuma, y siempre será una visión parcial.

 

¿Qué papel juega la familia en el rescate de la educación, en momentos en que también acusa un profundo debilitamiento?

Tradicionalmente la familia ha sido un espacio formativo, como núcleo social básico, pero en la sociedad actual se cuestionan los modelos familiares, la visión tradicional, los roles sociales y esto genera dudas con respecto a la familia y con ello se pierden tareas que tradicionalmente desempeñaba, una de ellas es la educación, parece que muchos padres se desentienden de la formación religiosa de sus hijos, y esperan que la parroquia la asuma, o de la formación formal y esperan que la escuela lo haga, pero cuando los mayores no apoyan el proceso todo se debilita. Incluso hay cosas que no se pueden delegar en la escuela, como los valores, la visión trascendente, el respeto, el amor, en todas estas cosas que van más allá de lo que aprendemos en un libro, por eso el Papa plantea como un desafío que la familia retome su papel educativo.

Martín Rodríguez González

Periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación Colectiva y egresado de la maestría en Doctrina Social de la Iglesia. Trabaja en el Eco Católico desde el año 2002 y desde el 2009 es su director.

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