Junto a la propuesta de orientaciones metodológicas y sugerencias para celebrar cada semana de setiembre, el material recoge una valiosa reseña histórica y artículos que profundizan el sentido espiritual de la coronación pontificia de la imagen de la Virgen. Compartimos un resumen de este contenido.
Reseña histórica
La coronación de la imagen de la Virgen de los Ángeles sucedió el 25 de abril de 1926, concedida por el entonces Papa Pío XI. El propio Santo Padre aprobó este reconocimiento el 12 de octubre de 1924 con el siguiente texto: “Decreto y mando que sea glorificada con corona de oro, la preclara imagen de la beatísima Virgen María, Madre de Dios y Señora del Cielo, bajo el glorioso título de Nuestra Señora de los Ángeles. Así mismo, confiero y designo al Excelentísimo Arzobispo de San José para que efectúe la coronación el día que él disponga”.
Para realizar la coronación, se tuvo que ejecutar toda una logística a nivel litúrgico, social y cultural. Parte de ello fue la construcción de la Basílica actual, pues el templo había sido destruido por el terremoto de 1910; por lo que después de dificultades económicas y retrasos para su edificación por la I Guerra Mundial y el golpe de Estado de los Tinoco, el gobierno del entonces presidente de la República, Alfredo González Flores, en 1917, se decidió terminar la Iglesia en madera, por eso, en las fotografías del acontecimiento se aprecia la Basílica sin fachada, pero con su estructura completa, además de que el acto se realizó afuera del templo, donde el parque estaba inundado de fieles y de flores. La construcción de la Iglesia terminó en 1929.
El encargado de realizar la coronación fue el primer arzobispo metropolitano, Monseñor Rafael Otón Castro, quien estuvo acompañado por el entonces internuncio apostólico de Centroamérica y Panamá, Monseñor José Fleita, el entonces mandatario Ricardo Jiménez junto a su gabinete de gobierno, miembros del Parlamento, autoridades eclesiales, gran cantidad de sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas e invitados especiales.
Previamente se organizaron una serie de actividades especiales, tanto litúrgicas como culturales, hasta el día en que se celebró la Eucaristía solemne y el acto mismo de la coronación.
Cabe destacar -reseña el subsidio de la Comisión Nacional de Catequesis- la muchedumbre de fieles devotos que con amor, devoción, fe y cariño se hizo presente en Cartago, demostrando así la veneración a la Patrona de Costa Rica y celebrar este acontecimiento único e irrepetible.
La Virgen de los Ángeles aún conserva esta corona en su camarín, se trata de la pieza que lleva por encima de la custodia donde ella está colocada, la cual tiene a dos pequeños querubines que la sostienen. Cada 2 de agosto, cuando la imagen sale de la Basílica para la misa solemne en su honor, en el templete del Santuario, es tradición que la lleve consigo, junto al manto imperial (el vestido que usa únicamente el 1 y 2 de agosto) y el pabellón nacional a sus espaldas. Cuando la imagen de la Virgen sale para la tradicional “Pasada” o en alguna otra circunstancia, deja la corona en la Basílica.
En el interior de la Basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles, en Cartago, en el segundo vitral a la izquierda (viendo desde la entrada principal hacia el altar mayor), se encuentra representado el acontecimiento de la coronación pontificia, justo en frente (segundo vitral a la derecha viendo desde la entrada principal) se encuentra retratado el hallazgo de “La Negrita”.
Sentido del rito
En otro apartado, el subsidio para el Mes de la Biblia, explica el sentido del rito de coronación de la imagen de la Virgen, destacando que se lleva a cabo debido a la veneración sincera de fieles hacia alguna advocación de María, la Madre de Dios. En la coronación de la Virgen María, se aclama a Ella como Señora y Patrona. Este acto litúrgico es ocasión para renovar el deseo de entrar en el Reino de Dios, para intensificar la fe en la vida eterna y para impulsar gestos de misericordia y de perdón.
“Al celebrar el aniversario de la coronación de la imagen de Nuestra Señora de Los Ángeles, expresamos nuestra devoción sincera y filial a la Madre de Dios. Al recordar este rito, manifestamos sentimientos de alabanza, de cariño y de gratitud hacia nuestra Negrita por acompañarnos a lo largo de los años. Ella aparece ante nosotros como señal de una presencia constante, protectora, maternal y misericordiosa. Al venerarla como Patrona, Madre y Reina gloriosa en el cielo, estamos seguros de que ella, llena de misericordia, intercede en nuestro favor y, por lo tanto, imploramos con confianza su protección y amoroso cuidado”, concluye el material.
El material para el Mes de la Biblia, dedicado a la coronación de la Virgen de los Ángeles puede ser descargado en www.cenacat.org