“Escribimos con un espíritu de solidaridad y esperanza -dice la carta-. Cada uno de nosotros es testigo del impacto que la pandemia del coronavirus ha tenido en los miembros más vulnerables de nuestras comunidades debido a las enfermedades, la muerte, el hambre y la pérdida de medios de vida”.
“De tales comunidades que sufren -añaden- compartimos esperanzas y temores para el futuro”. Recordando, pues, que el propio FMI y el Banco Mundial han puesto de relieve los graves riesgos de la emergencia sanitaria -incluidos los vertiginosos aumentos de la pobreza y la caída de los precios de las materias primas- los peticionarios denuncian “una injusticia”: “El dinero que se necesita tan desesperadamente para medicamentos, equipo de protección personal, suministros alimentarios de emergencia y redes de seguridad social sigue desviándose hacia el reembolso de la deuda”. Por lo tanto, el llamamiento es a “mostrar un liderazgo valiente en este momento crítico” y a “cancelar las deudas de los países en desarrollo mientras dure esta crisis”.
La cancelación de la deuda, de hecho -continúa la carta- es “la forma más inmediata de liberar los fondos necesarios para evitar que millones de nuestros hermanos y hermanas se vean empujados innecesariamente a la pobreza a causa de la pandemia”.
En la carta se recordó también el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación del 1º de setiembre, en el que el Pontífice exhortó “a cancelar la deuda de los países más frágiles ante los graves impactos de la crisis sanitaria, social y económica que afrontan tras el Covid-19”.