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Religiosa tica fue elegida superiora general de las Oblatas al Divino Amor

By Enero 08, 2024
La Madre Elizabeth Bermúdez es oriunda de Calle Moras, en el distrito de Río Nuevo de Pérez Zeledón. La Madre Elizabeth Bermúdez es oriunda de Calle Moras, en el distrito de Río Nuevo de Pérez Zeledón.

El Instituto de las Religiosas Oblatas al Divino Amor anunció el pasado 27 de octubre que escogió a su nueva superiora general: la costarricense Madre Elizabeth Bermúdez, oriunda de Calle Moras, en el distrito de Río Nuevo de Pérez Zeledón. 

Esta elección ocurre además en un momento sumamente importante, pues el Instituto cumple 100 años de fundación. Eco Católico conversó con Madre Elizabeth para conocer su vida y vocación a la vida religiosa.

Cuenta que cuando estaba pequeñita había visto pasar a lo lejos una mujer montada a caballo, que vestía con un hábito y cabalgaba por un camino de barro rojo. Su mamá decía: “Allá va la monjita”. Entonces ella, siendo una niña, preguntaba: ¿quién era? ¿qué hacía? ¿por qué le llamaba monjita? La chiquilla creció y siendo adolescente ese había sido su contacto más cercano con una religiosa.

Años después, ya adolescente, comenzó a sentir una inquietud, sentía que debía hacer algo con su vida, pero no sabía qué podría ser. “Empecé a pedirle al Espíritu Santo que me iluminara sobre qué debía hacer. Rezaba un Padrenuestro y un Ave María por esta intención”, relató.

La respuesta no tardó en llegar. Esa semana, mientras rezaba por esa intención, pudo sentir con claridad el llamado a ser religiosa. Aunque -admite- que era algo extraño, pues nunca había conocido a una y a la única que había visto de lejos era aquella que a veces pasaba a caballo, llamada Sor Ermida Madriz

Además, los misioneros apenas llegaban una vez al año a celebrar la Santa Misa a su pueblo. Sin embargo, sus padres le inculcaron la fe a sus nueve hijos y se preocuparon de que todos recibieran los sacramentos desde muy pequeños.

“Desde el momento que sentí el llamado a la vida religiosa, aprendí a tocar guitarra y junto con un grupo grande de jóvenes animaba el canto en las eucaristías”, comentó.  

También sirvió como catequista. Recuerda que en ese entonces los niños recibían la catequesis desde la Parroquia de San Isidro, por medio de una transmisión directa por Radio Sinaí. “La escuchábamos, dialogábamos con los niños y luego tomábamos las oraciones”, comentó.  

Un día, Mons. Ignacio Trejos, entonces obispo de San Isidro, visitó el pueblo de Calle Moras y y ella le comentó de su inquietud vocacional, él le habló de las Religiosas Oblatas y la invitó a visitar la Comunidad del Colegio la Asunción. Ella se enamoró del carisma y decidió ingresar. 

Desde que tomó el hábito ha desempeñado diversas actividades pastorales, muchas de ellas vinculadas al campo de la educación y a la evangelización en varias parroquias, como formadora y consejera general. 

“En mi vida religiosa me ha marcado la actividad apostólica, pues cada misión y servicio que he realizado ha sido para mi una gran oportunidad de trabajar por el Reino y el bien espiritual de las personas, además, he aprendido mucho de la riqueza de cada país y su cultura donde he tenido la oportunidad de trabajar en las diferentes obras de apostolado”, comentó. 

Menciona que ha servido en diversos ambientes, con mucha pobreza material y de salud, pero, sobre todo, dice, “he percibido, indistintamente del apostolado realizado, que hay mucha necesidad de acompañamiento espiritual, de recibir el anuncio del amor de Dios y experimentar su misericordia”.

Retos y 100 años de fundación

La Madre Elizabeth ocupará el cargo de superiora general durante un sexenio y comprende que se trata de un servicio de autoridad con mucha responsabilidad. “Nuestra fundadora, Madre Margherita Diomira Crispi, vivió el Servicio de Autoridad como un servicio de Amor y así lo enseñó a las religiosas, expresó y recordó las palabras Nuestro Señor: “Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.” (Lc 22,27). 

Sobre los retos en su nuevo servicio, Madre Elizabeth expone: “Queremos continuar respondiendo a la llamada que la Iglesia nos hace a vivir en sinodalidad, no solo como familia Oblata, sino compartiendo la misión a nivel intercongregacional, colaborando en proyectos comunes con otros institutos religiosos, con las parroquias y en conjunto con los laicos, para enfrentar los desafíos de la evangelización en la actualidad, en especial el respeto a la vida y a la dignidad humana”.

Además, en el contexto de los 100 años de fundación, señala que “deseamos dar un fuerte énfasis a la evangelización y misión apostólica que realizamos desde el Carisma de Amor y Oblación”.

Y agregó con humildad: “Dios no necesariamente nos envía a donde experimentamos la mayor satisfacción, donde encontramos mayores ventajas o donde podemos mostrar mejor nuestra preparación personal”.

También comentó: “La misión que Él nos confía, puede ser de hecho poco atractiva o difícil, pero estamos seguras que realizamos su voluntad y eso nos trae paz y libertad. Nuestro principal apostolado como Instituto es dar a conocer el Amor de Dios, Adorarlo y darle gracias”.

Last modified on Lunes, 08 Enero 2024 15:11
Danny Solano Gómez

Periodista, licenciado en Producción de Medios, especializado en temas de fe católica, trabaja en el Eco Católico desde el año 2009.

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