En más de una hora de entrevista, el Papa Francisco recorrió desde su elección hace 10 años, en el 2013, hasta su pesar por los conflictos abiertos en diversas partes del mundo, que lo llevan a lamentar tener que ser “el Papa de la III Guerra Mundial”.

Fue el periodista argentino Daniel Hadad, fundador del portal Infobae, quien dirigió el diálogo, en el que, además, el Santo Padre tuvo palabras muy directas contra la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, que mantiene preso e incomunicado al obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez.

El celibato, el divorcio, la homosexualidad, la plaga del narcotráfico y las resistencias a los cambios que impulsa en la Iglesia también fueron tema de conversación. Ofrecemos un resumen de la entrevista, realizada en la Casa Santa Marta recientemente.

Aquel 13 de marzo

El diálogo comienza recordando su elección a la sede de Pedro. El Papa explica que ahora ve claro que ya existía sobre él un interés de parte de ciertos cardenales, quienes aprovecharon espacios del pre cónclave para escudriñar sus pensamientos y hasta su estado de salud.

Una vez elegido, su pensamiento va a su amigo, recientemente fallecido, el Cardenal Claudio Hummes, de Brasil, de quien recibió la inspiración de su nombre y el encargo de no olvidarse de los pobres.

A pesar de las dificultades, asegura ser feliz: “Se ve que la gente me mira más ahora, pero siempre fui así. Yo no creo que he cambiado acá. Por ahí me viene un poco de nostalgia de Buenos Aires porque no puedo callejear como hacía allá. Pero yo no sabría cuantificar la tranquilidad, la paz, la alegría interior que tengo. Para mí siempre es la misma”.

No juzgar

Entrando en materia, el Papa recordó sus palabras frente a una consulta sobre las personas con tendencias homosexuales: lo primero que él no las juzgaba, lo segundo es que los padres no deben de echarlos de casa como un castigo, y su oposición a la criminalización de la homosexualidad. “La Iglesia es para todos. Y cada uno resuelve sus posturas ante el Señor con la fuerza que tenga. Esta es una iglesia de pecadores. La iglesia de santos no sé dónde está, acá somos todos pecadores. ¿Y quién soy yo para juzgar a una persona si tiene buena voluntad?”, reafirmó.

Luego, cuestionado sobre el tema del matrimonio y la nulidad, el Papa trajo a la mente el pensamiento del Papa Benedicto XVI, en el sentido de que “gran parte de los matrimonios por la Iglesia son inválidos por falta de fe”.

Es decir, por ausencia de conciencia sobre “el para siempre” que profesan muchos jóvenes. Por eso, avala que la preparación al sacramento sea un proceso, un catecumenado que incluso abarque los primeros años de convivencia de los esposos. Y a quienes se han separado y advierten que puede ser por esta causa los anima a ir donde su obispo a exponer su situación.

En cuanto al celibato y las vocaciones, el Papa Francisco recordó que, de hecho, en la Iglesia católica hay sacerdotes casados, pues todo el rito oriental es casado. Sin embargo, aclaró que en la Iglesia occidental se trata de una prescripción temporal: “no sé si se resuelve de un modo o de otro, pero es provisoria en este sentido; no es eterna como la ordenación sacerdotal, que es para siempre, te guste o no te guste. Que dejes o no dejes es otro tema, pero es para siempre. En cambio el celibato es una disciplina”, dijo. Una disciplina que, como tal,, aceptó el Papa, puede revisarse.

Resistencias de las malas

Hablando de las resistencias a los cambios que impulsa en la Iglesia, el Papa dijo que sí las siente, y le duele que sean de las malas, es decir, las que no actúan de frente, sino por atrás “buscando la traición también”.

Explicó que resistencias siempre han existido en la Iglesia, incluso desde que San Pablo encaró a San Pedro y le dijo que era un hombre sinuoso, que no hablaba… “Eso no es resistencia, eso ayuda al gobierno. Cuando me hacen críticas de frente las agradezco. Por ahí no me gustan, pero las agradezco”, afirma.

Notando la cantidad de mujeres que trabajan ahora en el Vaticano, el Papa aseguró que “un cura que no sabe trabajar con las mujeres le falta algo, no está maduro”.

“El Vaticano era muy machista todo, pero es parte de la cultura, no es culpa de nadie. Siempre se hizo así. Ahora están trabajando más”, reafirmó. “Las mujeres resuelven, y resuelven bien”, concluyó.

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