Hace un año, el Papa Francisco presidía la misa de clausura de la JMJ en el Parque Tejo y en su homilía les planteaba una pregunta fundamental: “¿Qué nos llevamos con nosotros volviendo a la vida cotidiana?”. También los animaba a no tener miedo, incentivándolos a pensar que es Jesús mismo quien los estaba mirando en ese momento. “Él los conoce, conoce el corazón de cada uno de ustedes, conoce la vida de cada uno de ustedes, conoce las alegrías, conoce las tristezas, los éxitos y los fracasos, conoce el corazón de ustedes”, afirmaba. “Lee vuestros corazones y Él hoy les dice, aquí, en Lisboa, en esta Jornada Mundial de la Juventud: “No tengan miedo”. “Anímense, no tengan miedo”, concluía el Obispo de Roma.
Luego de la eucaristía, Francisco anunciaba que la sede de la próxima JMJ será Seúl, Corea del Sur, en 2027. “Desde la frontera occidental de Europa se trasladará al Lejano Oriente: ¡este es un hermoso signo de la universalidad de la Iglesia y del sueño de unidad del que ustedes son testigos!”, subrayaba el Papa.
Y, de hecho, ya se están dando los primeros pasos en el gran camino de preparación: la JMJ de Seúl 2027 ha sido lanzada oficialmente el 28 de julio de 2024 en la catedral de Myeongdong, con la asistencia de más de mil jóvenes y representantes de la Iglesia.