Giuseppe, una persona sin hogar que lleva años viviendo en las calles de Roma, se presentó en la oficina de la Limosnería y pidió unos zapatos nuevos, ya que los suyos estaban completamente desgastados.
“Inmediatamente recibió los zapatos del Santo Padre”, explicó el cardenal. Además de la misma talla de pie, Giuseppe y el Papa Francisco compartieron un momento especial: un multitudinario almuerzo en el Aula Pablo VI junto a 1.300 personas necesitadas.
Esta jornada estuvo marcada por otras iniciativas solidarias, como la ampliación del horario del ambulatorio situado bajo la columnata de Bernini en la Plaza de San Pedro y que cada día atiende a 150 personas sin hogar.