Face
Insta
Youtube
Whats
Viernes, 19 Abril 2024
Suscribase aquí

Pobres por el Reino

By Pbro. Juan Luis Mendoza Noviembre 10, 2022

Se habla de seguir a Cristo. Pero, en la práctica, ¿en qué consiste ese seguimiento? Encontrar a los pobres en el camino, según Mateo 25,31-46. El haber dado de comer al hambriento, vestido al desnudo, visitado al enfermo o al cautivo será un certificado decisivo para el día del juicio final. Y este juicio ya está presente en cada día que pasa. Con ejemplos tomados de su ambiente, Jesús ha querido dar a entender que sólo el que comparte el hambre, la desnudez, las restricciones, la necesidad, el abandono doloroso de los demás y hace lo que puede hacer para liberar a los que lo padecen, sólo ese es un hombre o mujer del Reino.

Pero no basta optar por los pobres. Hay que hacerse voluntariamente pobre. Es el programa de vida que Jesús propone y sus seguidores: vivir de acuerdo al espíritu de las bienaventuranzas. Vea Lucas 6,20-26 y Mateo 5,13-23. A propósito, se ha advertido que la bienaventuranza de la pobreza es la que más diferencia tiene en la redacción de los dos evangelistas. Lucas habla sólo de “pobres” en contraposición a “ricos”: los pobres desde el punto de vista económico y social. Los del evangelio de Mateo lo son de “espíritu”, aquellos que se han liberado del lazo que establece la riqueza, y eligen ser pobres.

Los entendidos explican que Lucas escribe su evangelio para comunidades con graves diferencias sociales y en donde el pobre es explotado por el rico. Entre esos pobres, muchos cristianos que, además son perseguidos. Lucas asegura que el Reino de Dios es para estos pobres. Mateo, en la primera bienaventuranza, se refiere a los pobres “de espíritu”, atendiendo más a lo interior, lo personal, lo propio de una pobreza no necesariamente impuesta, sino elegida, que por su condición es capaz de acelerar la llegada a ellos del Reino.

A propósito, en un texto del profeta Sofonías, se invita a los “pobres de la tierra” a buscar al Señor, la justicia y la humildad (Sof 2,3). A la luz de este texto comprendemos mejor que el comportamiento espiritual exigido por Mateo a sus pobres consiste en abandonarse a Dios y solamente a Él. En ese sentido, el “pobre de espíritu” es verdaderamente el que no confía en seguridades humanas.

Por lo mismo cuando emprende el camino de salvación que se le anuncia, la acepta y vive en espera vigilante y activa. Haciendo lo que ha de hacer para superar la pobreza material, entiende que el Reino viene verdaderamente sólo para aquel que añade la pobreza espiritual a su propia condición humana.

Así, pues, en resumen, dar preferencia a los pobres de Jesús, de acuerdo a su ejemplo y enseñanza. Y, al mismo tiempo también, seguirlo en su condición de “pobre de Yahveh”, según Isaías. Una cosa no quita la otra. Se complementan. Ahora lo que resta, después de comprender mejor las cosas, es vivir el espíritu de las bienaventuranzas en esa doble dirección: ser pobre y atender a los demás pobres, dentro del Reino que Jesús está ya instaurando entre nosotros.

Prosigo otro día, Dios mediante.

Síganos

Face
Insta
Youtube
Whats
puntosdeventa
Insta
Whats
Youtube
Dignitas Infinita
Image
Image
Image
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad