Face
Insta
Youtube
Whats
Jueves, 25 Abril 2024
Suscribase aquí

Dios creó al hombre y a la mujer a imagen y semejanza, esto quiere decir que les otorgó una dignidad. Únicamente basta con ser humanos para tener esta dignidad, es decir, no importan las circunstancias, su condición de vida o características particulares, simplemente si se es humano ya se tiene esta dignidad y ni siquiera uno mismo puede renegar de esta.

Esta es la idea fundamental que se desprende de la reciente Declaración Dignitas Infinita del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. En el documento, la Iglesia explica el significado de la dignidad humana y menciona trece violaciones a esta en el mundo actual.

Se trata de temas también presentes en la realidad costarricense, como el aborto, la pobreza, la desigualdad entre hombres y mujeres, los abusos sexuales (incluso dentro de la Iglesia), la ideología de género, la trata de personas y la violencia digital.

También hay otros que representan amenazas, pues son promovidos por ciertos sectores, como la eutanasia y el llamado suicidio asistido.

El próximo miércoles 20 de marzo a las 6 p.m., abierto al público.

“Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas,

pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa”. Rut, 3, 11

 

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, manifestamos nuestro profundo afecto, respeto y admiración hacia todas las mujeres. Nos inspira la Sagrada Escritura, especialmente en el libro de Rut, cuyas protagonistas son unas mujeres extraordinarias que decidieron ser solidarias, entre ellas, después de haber quedado viudas.

Cristo reconoció siempre la dignidad de las mujeres, su servicio y entrega, y las hizo partícipes de su plan de salvación: su encuentro con la mujer samaritana, a quien revela su condición mesiánica (Jn 4: 4-42); llama “hija” y reconoce la fe de la mujer enferma que toca su manto y queda curada de inmediato (Mc 5: 25-34); con Marta de Betania, a quien interroga y obtiene de ella una respuesta de fe y su reconocimiento como Hijo de Dios (Jn 11: 20-27); es a una mujer, María de Magdala, a quien se aparece y habla una vez Resucitado (Jn 20: 1-18).

Cristo, nos recuerda San Juan Pablo II, “fue ante sus contemporáneos el promotor de la verdadera dignidad de la mujer y de la vocación correspondiente a esta dignidad” (Mulieris Dignitatem n° 12). Señala también que, en virtud de su vinculación con la Santísima Virgen, la mujer ha representado “la cercanía de Dios a las expectativas de bondad y ternura de la humanidad herida por el odio y el pecado, sembrando, en el mundo, las semillas de una civilización que sabe responder a la violencia con el amor” (Audiencia general, miércoles 6 de diciembre de 1995). Y el Concilio Vaticano II, en su mensaje a las mujeres señaló: “en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres, llenas del espíritu del Evangelio, pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga” (Mensaje del Concilio a las mujeres. 8 de diciembre de 1965).

Era una de las hipótesis de viaje para 2020, junto a Indonesia y Timor Oriental, antes de que la pandemia de Covid-19 frenara todos los planes: el Papa podría visitar Papúa Nueva Guinea el próximo agosto.

“Un momento privilegiado para redescubrir la necesidad de la oración diaria”. Así fue presentado el Año de la Oración para este 2024, un año que servirá de preparación para el Jubileo 2025: “Peregrinos de esperanza”.

De esta forma, el Año de la Oración busca ser un tiempo privilegiado para redescubrir el valor de la oración, para reflexionar sobre “cómo orar, y sobre todo cómo educar a orar hoy, en la época de la cultura digital, para que la oración sea eficaz y fecunda”, según precisó Mons. Rino Fisichella, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización.

Página 1 de 24

Síganos

Face
Insta
Youtube
Whats
puntosdeventa
Insta
Whats
Youtube
Dignitas Infinita
Image
Image
Image
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad