Conocemos las concesiones de la corona que, por medio de Reales Cédulas, se obtienen como fruto de esta primera representación diplomática, que van fechadas entre los meses de abril y setiembre de 1565 -al menos las que nos son conocidas-; por lo que sabemos que entre esos meses tuvo lugar la “embajada” de la Provincia de Costa Rica ante la corte de Felipe II (1556-1598).
Entre estas concesiones, son de vital importancia dos de las cinco Reales Cédulas que se emiten en El Escorial el 6 de julio de 1565, mediante las cuales, en virtud del Patronato regio, se ordena que la Diócesis de León tenga por “cercanía” la Provincia de Costa Rica, rechazando con ello la intención de tener una Diócesis propia.
En la primera se le indica al Obispo de Nicaragua, don Luis de Fuentes (1564-1566) que, por otra Real Cédula, se le dará por “cercanía” de su Diócesis la Provincia de Costa Rica, otorgándole “la jurisdicción eclesiástica en aquella tierra y para que como pastor de ella proveáis de todo lo necesario para el servicio del culto divino e instrucción y conversión de los indios naturales de ella”. Y, dada la falta de sacerdotes, como lo ha informado Vázquez de Coronado, le pide al Obispo provea de sacerdotes a los pueblos ya fundados y en los que se han de fundar.
La segunda Real Cédula también dirigida al Obispo de Nicaragua, es a la que hace alusión la anterior, y es en ella en la que se da explícitamente la orden para que la Diócesis de León tenga por “cercanía” la Provincia de Costa Rica. En lenguaje de la época, dice:
“[...] Porque al servicio de Dios nuestro Señor y nuestro, conviene que aquellos naturales sean enseñados en las cosas de nuestra santa fe católica, y tengan pastor que los guíe por el camino de ella, y vos, como persona celosa del servicio de Dios nuestro Señor y nuestro, y que estáis más cerca de aquella tierra, lo podréis hacer como conviene, hemos acordado de os lo encomendar, y que tengáis por cercanía la dicha Provincia de Costa Rica. Por ende, yo os ruego y encargo que, por ahora, entre tanto que, por sus años, y por nos otra cosa se provea y mande, tengáis cargo de las cosas eclesiásticas de la dicha Provincia de Costa Rica y la tengáis por cercanía, y hagáis en ella vuestro oficio pastoral, así como lo habéis de hacer en ese vuestro obispado [...]”.
El Rey está señalando el criterio del paso de algunos años para contemplar, en su momento, la conveniencia de erigir un Obispado en Costa Rica, según se había solicitado, posibilidad que según el texto queda abierta; aunque sabemos que no se llevó a cabo.
El 28 de agosto de 1566, el Rey otorga también por “cercanía” al Obispo electo de Tierra Firme o Castilla del Oro, don Francisco de Abrego O.S. (1566-1574), la jurisdicción de la Provincia de Veragua, en términos muy similares a los de Costa Rica, por lo que nuestro caso no constituye una excepción.
Estas Cédulas Reales fueron emitidas de nuevo para el Gobernador Perafán de Rivera (1566-1573), en El Bosque de Segovia, el 1º de octubre de 1566 -según consta al margen del texto de todas ellas-, sucesor del nombrado Gobernador y Adelantado de Costa Rica, Vázquez de Coronado, quien murió en octubre de 1565, en un naufragio a su regreso hacia Costa Rica, por tanto, su aplicación mantuvo vigencia.
El nacimiento de la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica, el 6 de julio de 1565, es fruto de esta primera representación diplomática de nuestra Provincia. Fue Fray Antonio de Zayas O.F.M. (1575-1582) el primer Obispo de León en utilizar el término “Diócesis de Nicaragua y Costa Rica” en carta al Rey del 12 de enero de 1578.
León fue la Diócesis a la que perteneció Costa Rica desde 1565 hasta 1850, en que se erigirá la Diócesis de San José.