En medio de las tensiones entre los diferentes sectores sociales, productivos y gobierno de la República, el arzobispo de San José, Mons. José Rafael Quirós, ha posibilitado una serie de encuentros con el objetivo de facilitar el diálogo entre las partes.
A modo de ejemplo, el pasado viernes 26 de abril, el pastor arquidiocesano facilitó un encuentro entre cámaras empresariales y organizaciones de productores con el presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), Roger Madrigal López. Entre los temas conversados estuvieron la política monetaria, el tipo de cambio y la coyuntura macroeconómica del país.
Tanto cámaras empresariales como organizaciones de productores afirman estar siendo perjudicados por la caída en el precio del dólar y una serie de medidas tomadas por la institución estatal. Además, mostraron su preocupación por “los graves impactos negativos que se registran”, a causa de esas políticas establecidas desde junio de 2022, según informaron a través de un comunicado.
La Iglesia Católica, preocupada por los efectos negativos actuales y potenciales sobre el nivel de empleo, especialmente de mano de obra no calificada y en zonas rurales, motivó este acercamiento con representantes del BCCR y logró que las partes se sentaran a dialogar.
Por su parte, el presidente del Banco Central y el economista jefe de la institución, Alonso Alfaro, explicaron aspectos sobre el funcionamiento del régimen cambiario de flotación administrada, que fue adoptado por el país en el año 2015. En este régimen cambiario -argumentaron- el tipo de cambio es determinado por la interacción entre oferta y demanda de divisas.
Las autoridades del Banco Central también expusieron que la adopción de medidas de política monetaria y las relacionadas con el mercado cambiario están orientadas a mejorar la eficiencia del mercado y el proceso de formación de precios, y que no existe compromiso con un nivel o senda del tipo de cambio. También aseguraron que el BCCR no interviene en el mercado cambiario para reducir la inflación.
No obstante, las cámaras empresariales manifestaron que las políticas han golpeado severamente las diferentes actividades más importantes del régimen definitivo y especial. Advierten además que, de continuarse con estas, se pone en riesgo la permanencia de cientos de empresas y miles de empleos.
Por lo tanto, solicitaron al Banco Central establecer un tipo de cambio real neutro, esto implicaría regresar gradualmente a la tendencia anual de devaluación nominal del 3%, como en el periodo 2013 al 2019, lo que llevaría -según sus estimaciones- a un tipo de cambio de compra cercano a 620 colones.
De igual manera, piden bajar con mayor celeridad la tasa de política monetaria actual del 4.75% a la tasa de interés neutro anunciada por el mismo Banco Central, inflación esperada más 1%, 3.5%, ajuste de 1.75% a la baja; flexibilizar la política monetaria para permitir que la inflación regrese al rango meta del 2%-4% durante el segundo semestre del 2024, entre otras medidas.
“No se están pidiendo devaluaciones artificiales, ni subsidios, ni emisiones inorgánicas de dinero, sino políticas monetarias y cambiarias que tomen en cuenta no solo el control de la inflación sino también, el desarrollo ordenado del sistema económico actual, para evitar una crisis económica severa con quiebra de cientos de empresas y despidos masivos de mano de obra, tanto calificada, como no calificada”, detalla el comunicado enviado por las Cámaras.
En la reunión participaron autoridades del Banco Central de Costa Rica (BCCR) y 14 representantes de agrupaciones empresariales.
La cita se realizó en el edificio del Banco Central y participaron representantes del Congreso Nacional Cafetalero, la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR), la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), la Cámara Nacional de Transportes de Carga (CANATRAC), la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (CANEPEP), la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), la Cámara Nacional de Bananeros, la Cámara de Exportadores de Costa Rica (CADEXCO), la Asociación de Zonas Francas, la Asociación de Productores de Banano (ASOPROBAN), y Banadosmil.
