Este año, dicha celebración es la víspera del II Congreso Nacional de Laicos, por lo que se pide que las parroquias resalten en sus eucaristías el papel del laicado, “su empuje, su valor, teniendo presente que son la mayoría del pueblo de Dios”, anima el Padre Luis Alberto Aguilar, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Laicos.
Para el sacerdote, el ejemplo de San Luis y Santa Celia sirve para recordar que la santidad es una llamada universal, no un privilegio de unos cuantos: “Pero al mismo tiempo, nos recuerda el valor de la familia y de la corresponsabilidad eclesial. No en vano quienes escogieron y propusieron la vida de este matrimonio como referentes fueron los mismos laicos de la comisión nacional y los señores obispos acogieron su propuesta”.
El Congreso Nacional
El Congreso Nacional de Laicos se llevará a cabo el 13 y 14 de julio bajo el lema: “Ustedes son la luz del mundo Mt 5, 14, Vocación, identidad y misión del laicado”. Tendrá como sede el Centro Pastoral de Birrí, en Heredia.
En esta ocasión, cada diócesis ha sido invitada a escoger ocho laicos, además de miembros de diferentes movimientos apostólicos. En total entre participantes, expositores e invitados, se ha organizado para un total de 150 personas.
“Han sido meses de organización, se conformó un equipo central de organización coordinado por el señor Alexander Madriz, junto a él diferentes laicos de la comisión han cuidado cada detalle y prácticamente ya todo está listo”, explicó el Padre Aguilar.
En este sentido, el objetivo general del evento es propiciar un espacio de encuentro y fraternidad que permita acompañar a los laicos en sus anhelos y necesidades y como signo e instrumento del anuncio del Evangelio en todos los espacios de la sociedad y la Iglesia, siendo expresión de una Iglesia sinodal”.
Como objetivos específicos se han trazado:
- Fortalecer la identidad laical, encontrando cauces de crecimiento personal y comunitario, en los que se invita a una conversión personal, comunitaria, pastoral y misionera.
- Ahondar en los elementos propios de la Vocación laical a partir del magisterio de la Iglesia, impulsando un renovado espacio de motivación que los aliente a seguir adelante.
- Impulsar la misión de los laicos a partir de la corresponsabilidad en el seno de la Iglesia, recordando que los laicos más que destinatarios son actores de la vida eclesial.
El Congreso se celebra en el Año de la Oración, a las puertas de la segunda parte del Sínodo de la Sinodalidad y del Jubileo de la Esperanza. Para el Padre Aguilar, todo ello significa una gran oportunidad para resaltar el papel de los laicos en la vida de la Iglesia, teniendo presente que todos nacemos a la vida eclesial como laicos, y recordando aquella expresión hermosa del documento de Puebla en el numeral 786: “Los laicos son hombres y mujeres del mundo en el corazón de la Iglesia, y hombres y mujeres de Iglesia en el corazón del mundo”.
“Por este motivo celebrar nuestro Congreso en el año de la oración es un gran regalo de Dios, que nos permite orar, celebrar y buscar juntos caminos de discernimiento y de escucha atenta, sólo así podremos saber que dice el Espíritu del Señor a la Iglesia de hoy.
El protagonista de todo esto es el Espíritu Santo, que nos permite como “peregrinos de Esperanza” caminar juntos en comunión y participación”, dijo el sacerdote.
“Fácil no es, es necesario generar la conversión personal y pastoral, porque solo así lograremos responder a los desafíos de los tiempos actuales, con valentía y capacidad de diálogo con la sociedad e incluso con aquellos que piensan diferente, dejando de lado los miedos y ser capaces de repensar una forma distinta de salir al paso de aquellos que no se han encontrado con Cristo”, concluyó.