Medios internacionales informan sobre el destierro de Mons. Carlos Enrique Herrera, obispo de la diócesis de Jinotega, en Nicaragua, y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua. Al parecer, el régimen dictatorial de Daniel Ortega decidió expulsarlo del país porque el prelado hizo comentarios sobre una actividad desarrollada por el municipio, la cual interrumpió una misa.
Al parecer, hubo una actividad municipal el 10 de noviembre, cuyo bullicio fue tal que el obispo expresó: “Pidamos al Señor perdón por nuestras faltas y también por aquellos que no respetan el culto, pidamos porque este es un sacrilegio que está cometiendo el alcalde y todas las autoridades municipales, y vayan a decírselo porque saben la hora de la misa”.
Según informan medios como El País, Mons. Herrera, de 75 años de edad, fue trasladado al Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, donde lo embarcaron en un vuelo con destino final a Ciudad de Guatemala. Según informa El Confidencial fue recibido en la Casa Provincial de los Frailes Franciscanos.
Es el tercer obispo que destierra la dictadura, los otros dos son: Rolando Álvarez, de Matagalpa, e Isidora Mora, de Siuna. Mons. Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, también salió del país tras descubrirse planes para asesinarlo.
El alcalde, Leonidas Centeno, es uno de los cercanos a Ortega, ha sido vinculado a acciones de represión contra manifestantes en contra del gobierno nicaragüense. El régimen orteguista continúa así su represión contra la Iglesia Católica y, en general, contra el pueblo nicaragüense.
Tanto la Conferencia Episcopal de Nicaragua como la de Guatemala no se han pronunciado al respecto.