En la Solemnidad de Nuestra Señora de los Ángeles, Patrona de Costa Rica, este 2 de agosto Mons. José Rafael Quirós, arzobispo metropolitano, hizo un llamado a los fieles para que sean verdaderos constructores de esperanza y fraternidad.
"Quien como Maria tiene su mirada fija en Jesús, llegará hasta el pie de la Cruz, aunque el dolor sea intenso, tal como lo experimentó Maria, porque en el costado abierto de Jesús cabemos todos", expresó el prelado.
"En medio de las dificultades -continuó- que experimentamos en nuestro caminar diario, desde la fe sabemos que -de la misma manera que en la oscura soledad de la Pasión María ofrece a su Hijo un bálsamo de ternura- de comprensión, de afecto y de fe, también está atenta para decirnos que no estamos solos, porque ella es nuestra Madre, tal y como su Hijo nos la entregó en la persona de Juan".
Un único Dios
Por lo tanto -subrayó-, el culto que damos a María de ninguna manera contradice nuestra fe en el único Dios que se nos ha revelado en Jesucristo. Recordó que es el mismo Cristo quien nos la entrega como Madre, quien nos invita a acogerla y amarla como tal (Jn. 19, 27).
"Ella está al pie de las cruces que cargamos, para que tengamos la fortaleza de no desmayar en el camino, y que asi lleguemos a la meta última", afirmó Monseñor Quirós.
Hizo las salvedad de que "ser hijo o hija de María no es solo un acto afectivo, sino un compromiso de seguimiento". "María nos pide lo mismo que dijo a los sirvientes en Caná: "Hagan lo que Él les diga" (Jn 2,5), añadió.
Compromiso contra la violencia
En este punto, Monseñor expuso que María invita a vivir una fe viva y alegre, no rutina piadosa. Por lo tanto, habló sobre tener compromiso con la comunidad, con la paz en los barrios, en la defensa de los niños y adolescentes.
De acuerdo con el arzobispo, María "nos pide justicia donde la corrupción de las estructuras se ha enquistado. Nos pide misericordia ante mujeres violentadas, jóvenes desilusionados, migrantes invisibilizados".
Monseñor también se refirió a los agricultores para que "tengan certeza que venderán sus cosechas porque preferimos lo que se produce en nuestra tierra".
Exigió el fin de las agresiones contra las mujeres y propuso educar a los jóvenes, para así fomentar una cultura de paz. "Ya basta de violencia contra las mujeres", exclamó.
Y agregó: "Como sociedad somos llamados a desechar esta lacra que nos está minando como país, por lo que sin dudarlo se han de dar pasos hacia una educación de calidad para todos, sembrar en el corazón de las jóvenes generaciones valores auténticamente humanos y cristianos, que lleven a fortalecer la convivencia sustentada en el amor a Dios y al prójimo".
Más adelante, motivó a los presentes a ser proclamadores del evangelio de la vida. "No hay norma humana, por más técnica que sea, que justifique poner en riesgo la vida de un inocente", señaló.
Al respecto, abogó por el fortalecimiento de todo el sistema de salud, en particular de la Caja Costarricense de Seguro Social, "patrimonio de todos y que de ninguna manera puede debilitarse".
Hacia el final de la Eucaristía, hizo un reconocimiento a las mujeres comprometidas en los distintos ámbitos apostólicos de la Iglesia y en la sociedad.
"A estas mujeres valientes y generosas las animo a seguir adelante con su compromiso evangelizador en todas las realidades, y no dejarse manipular por ideologías esclavizantes", dijo.
En la ceremonia litúrgica participaron la Conferencia Episcopal en pleno, el Nuncio Apostólico, Mons. Mark Gerard Miles; obispos eméritos, clero de todo el país y Pueblo de Dios.
Durante la ceremonia, además, se contó con la presencia de algunos representantes del gobierno de la República, entre ellos la vicepresidente, Mary Munive; así como miembros del Poder Judicial y Legislativo.
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