El sacerdote iba en las mañanas a dar de comer a los más pobres en la plaza principal de la ciudad de Como (Italia) cuando a la salida de la parroquia de San Rocco, donde vivía, fue apuñalado por el asesino confeso, que dormía en las camas puestas a disposición de los desamparados por la parroquia.
“Me uno al dolor y a la oración de su familia y de su comunidad y, como dijo su obispo, alabo a Dios por el testimonio, es decir, por el martirio, de este testimonio de caridad hacia los más pobres”. Luego el Papa pidió a los presentes: “Rezamos en silencio por el P. Roberto Malgesini y por todos los sacerdotes, monjas, laicos que trabajan con los necesitados y descartados por la sociedad”.
Por su parte, el Obispo de Como Monseñor Oscar Cantoni, definió al Padre Malgesini como mártir de la caridad. “Nuestra Iglesia sufre inmensamente”. Esta muerte “nos ha enseñado que debemos acercarnos a los pobres sin distinción de origen o religión”. “Vivimos en la fe un profundo sentido de cercanía a quien podemos llamar mártir de la caridad”.
El obispo afirma que don Malgesini era “un sacerdote verdaderamente evangélico que se entregaba a todos con una sencillez de corazón y una gratuidad verdaderamente envidiable”.
A las puertas de la parroquia de San Rocco se han congregado tantas personas sin hogar para manifestar su dolor por la muerte del presbítero, a quien consideraban un ‘servidor de los pobres’ y un ‘amigo sincero’. (Aleteia.org)