Esta pequeña de nueve años fue la única de la comunidad en celebrar la Primera Comunión ese fin de semana, ya que, por el aumento en los casos de Covid-19, en la parroquia se suspendieron todas las ceremonias.
Fue un momento muy emotivo, sobre todo porque han sido momentos difíciles para Kristel y su familia. El pasado abril, la niña jugaba en un árbol, la rama que la sostenía se rompió y ella cayó desde una altura de 4 metros que le provocó fracturas en la cadera y una pierna, según relatan su mamá, Lucrecia Mora, y su tía, Ivonne Ganados.
Tras pasar dos días internada en el Hospital Escalante Pradilla, la pequeña fue llevada al Hospital de Niños donde fue operada casi de manera inmediata. La enyesaron desde las costillas hasta los dedos de los pies.
La comunidad se solidarizó con su caso, una persona prestó cama para enfermos y otra el colchón, por lo que ella está en su casa con su familia. Al ver que ella les manifestó su deseo de hacer la Primera Comunión, decidieron ir a la parroquia a exponer el caso, de esta forma el Padre Fabián se mostró dispuesto a ir hasta su cama para celebrarla la Santa Misa, únicamente pidió que se tomaran todas las medidas sanitarias.
En ese momento, aun no se habían cancelado las Primeras Comuniones, por eso cuando la mamá y la tía escucharon que se suspendían pensaron que también la de Kristel. Sin embargo, el Padre Fabián les dijo que su celebración seguía en pie. El pasado viernes 14 de mayo Kristel celebró su primer encuentro con Jesús Eucaristía.
Estuvo muy contenta, en su cama, con su hermoso vestido blanco. Su única preocupación fue que sus primos y sus compañeros no iban a tener su Primera Comunión.
Su mamá contó que fue muy impactante ver a su hija en esos momentos y se mostró muy agradecida por el gesto del sacerdote. De igual forma, la noticia llenó de alegría al pueblo de Cristo Rey de Palmares.
Su tía dice que le llamó la atención que en ese estado Kristel pensara en la Primera Comunión, “uno piensa que van a querer una foto en el altar y así (…) pero esa es la fe de los niños, está dentro de ellos, uno solo tiene que enseñarles”.
Aunque desde su ventana desea ir a ver los atardeceres y salir a jugar, la pequeña tendrá que guardar cama un par de meses más y pasar por un proceso de recuperación de seis meses.
Los familiares de Kristel piden oraciones, pues a veces la chiquita siente dolor y necesita que los pines que le pusieron los médicos funcionen correctamente.
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