La gravedad del desempleo en nuestro país es un tema que debe estar entre las prioridades de nuestras autoridades gubernamentales y, también, debe ser una discusión fundamental en el proceso electoral que se avecina, pues, tomarán varios meses, y quizá años, solucionar esta situación que viven 434 mil personas.
Según la Encuesta Continua de Empleo, al segundo trimestre de 2021, presentado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), si bien, hay un indicador positivo que refleja la recuperación del empleo, a nivel interanual, en 117 mil personas, sigue habiendo cifras que generan gran preocupación en nuestra sociedad.
Por ejemplo, en este trimestre, dice el estudio, 657 mil personas en la fuerza de trabajo (personas ocupadas y desocupadas) tuvieron alguna incidencia laboral por el efecto del Covid-19 (27,3 %), de estas, el 52,8 % son hombres y un 47,2 % son mujeres.
Esto significa que tuvieron reducción de salario o de ingresos asociado a suspensión o reducción de jornada o bien tuvieron que suspender la actividad propia o negocio durante la pandemia.
Sabemos el duro golpe que la pandemia ha significado en materia laboral y esto aún no ha terminado, por lo que se requiere un esfuerzo país, poniendo los intereses particulares de lado, para abogar por el interés de la mayoría y, sobre todo, el interés de las personas que han quedado en condición más vulnerable, cuando se trata de llevar sustento al hogar por medio de un trabajo digno.
Sin embargo, recordemos que antes de la pandemia, en el primer trimestre de 2020, el desempleo había pasado del 8,7% al 12,5%, por lo que, la problemática requiere una especial atención.
Otro punto de interés en este informe del INEC, es lo relativo al empleo informal. Para el trimestre (abril- mayo- junio 2021), se estimó que la población ocupada con un empleo informal fue cerca de 863 mil personas, de las cuales, 544 mil corresponden a hombres y 319 mil a mujeres. El aumento interanual (mismo trimestre del año anterior) de las personas con un empleo informal fue de 169 mil personas y esta se presentó en ambos sexos, 82 mil hombres y 87 mil mujeres.
Sabemos la dificultad o vulnerabilidad de esta gran cantidad de personas al no contar con garantías sociales, necesarias para un cuidado y desarrollo integral.
No es fácil de afrontar lo que estamos viviendo, ni será fácil de frente a los próximos meses. No obstante, desde la Iglesia, el llamado es una vez más a poner a la persona humana en el centro de cualquier decisión.
Nos decía el Papa Francisco que es posible pensar otra humanidad, sabiendo que no estamos solos.
“Es posible anhelar un planeta que asegure tierra, techo y trabajo para todos. Este es el verdadero camino de la paz, y no la estrategia carente de sentido y corta de miras de sembrar temor y desconfianza ante amenazas externas”, expresó el Santo Padre en su Encíclica Fratelli tutti, número 127.
A pocos días o semanas de escuchar propuestas electorales, muchas de las cuales tendrán que ver con el empleo, requerimos responsabilidad que genere confianza, necesitamos decisiones que se tomen en este ambiente, no con cálculos hacia febrero, sino con seguridad para las personas que lo necesitan.
Pidamos a Dios que nos ilumine, que bendiga a este país, y que permita generación de empleo digno para tantos hermanos nuestros que lo urgen.
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