Diciembre de 2019… a las doce de la noche con alegría la humanidad se abraza y repite con emoción… ¡Feliz Año Nuevo 2020!
Un año nuevo en el que se invita a dejar el ropaje rasgado de actitudes llenas de egocentrismos, corrupción, injusticias, desigualdades sociales, agresiones, enviciamiento a los semejantes, tentativas a los bienes y a la vida que dejan muerte.
Un año nuevo en el que se proponen nuevas metas; que como en anteriores ocasiones, quedarán sólo en un propósito que no se cumple. Un año nuevo que invita a que se lleven a cabo con responsabilidad los deberes; valorando la bendición de tener un trabajo y una empresa que, con solidaridad, busque el bienestar de sus trabajadores y estos corresponder a las labores asignadas.
Un año nuevo en que se llevarán a cabo, desde los centros de enseñanza; con capacidad y responsabilidad, la labor de la educación y que sus esfuerzos se vieran correspondidos por el estudiantado, quienes aprovecharán la oportunidad de saciarse de los beneficios que da la enseñanza y no desaprovechar la ocasión que le es ofrecida.
Un año nuevo en que, quienes, desde los templos llevarán a cabo la misión de edificar espiritual y socialmente a los fieles, en el compromiso hacia sus semejantes y a sí mismos, llevar a cabo esta labor con paciencia, caridad y respeto a semejanza del Supremo Maestro.
Un año nuevo en el que los políticos hicieran suyas las necesidades y amarguras de su pueblo, comprometiéndose a hallar soluciones en unidad con ese pueblo y alejando de sí la tentación que los llevara a la corrupción.
En fin… este nuevo año 2020 estaba lleno de esperanza e invitando a nuevas actitudes y la realidad que nos trae, nos enfrenta a nuestras debilidades; que aunque las conocíamos; no lográbamos superarlas y se volvían, continuamente en sólo propósitos de cada fin de año. Así era como vivíamos nuestros deberes, a veces considerándolos cargas ineludibles y hasta pesadas.
Hoy anhelamos el trabajo, las empresas, los templos, centros educativos… etc. Hoy ansiamos esos deberes y hasta clamamos por ellos
Pidamos al que es la Vida salir de esta experiencia con otra actitud y que nos comprometamos a edificar nuestras vidas y las vidas de nuestro prójimo.
En su mayoría, como pueblo, hemos respondido en apoyo a quienes están más afectados. Esta es una muestra de que sí nos importan nuestros semejantes y es una ofrenda a Dios de que saldremos comprometidos de esta dolorosa experiencia, superando nuestras flaquezas anteriores a la pandemia y esperando con fe y mejores actitudes… una nueva oportunidad.
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