El Ordo Viduarum (Orden de las viudas consagradas) existió en la Iglesia primitiva incluso antes del Ordo Virginum (Orden de las vírgenes consagradas). Eran mujeres que al morir su cónyuge se sintieron llamadas a consagrarse para servir y orar. Existen en varios países.
Hace poco se realizó un Congreso de Viudas Consagradas en Roma donde 60 viudas conversaron con el Papa Francisco quien manifestó: “Estas mujeres con su consagración en su viudez, confirman que es posible vivir los consejos evangélicos ejerciendo las responsabilidades familiares, profesionales y sociales, pues la consagración es un regalo que el Señor le da a su Iglesia para recordar a todos los bautizados que el poder de su amor misericordioso es un camino de vida y santidad que nos permite superar las pruebas y renacer a la esperanza y alegría del Evangelio”.
El Papa les pidió entonces cuidar y ser cercanas a las jóvenes y a los pobres y mostrarles la ternura de Dios y su amor cercano, viviendo en sencillez y humildad, pidiendo al Espíritu Santo que les ayude a declarar en la Iglesia y el mundo que Dios puede actuar en cualquier circunstancia e incluso en medio de fracasos aparentes.
En Costa Rica no hay ninguna viuda consagrada de esta forma. Si alguna mujer que ha enviudado siente este llamado deberá conversarlo con su Obispo diocesano y analizar esta posibilidad. El 28 de setiembre de 2013 ocho viudas se convirtieron en las primeras viudas consagradas de Roma en manos del Obispo Monseñor Guerino Di Tora.
Ellas hacen voto privado de castidad perpetua como signo del Reino de Dios y consagran su condición para dedicarse a la oración y al servicio de la Iglesia. Cada viuda de manera libre y definitiva decide adoptar esta forma de vida y entra en el Ordo Viduarum a través de un rito litúrgico de bendición realizado por el Obispo de su diócesis.
Según ha sido publicado muchas mujeres viudas viven ya de manera individual el propósito de entrega y servicio en el interior de sus familias y comunidades, pero bendecidas por el Señor las viudas ofrecen a Cristo y a la Iglesia la propia energía y disponibilidad que se renueva con la oración frecuente y la participación en los sacramentos.
Mas adelante en el 2017 se consagraron en Roma cuatro viudas más con edades que van desde los 59 hasta los 84. “El carisma de este orden es aquel de enriquecer el estado de viudez en una experiencia plena de fe y de testimonio en la relación con las nuevas generaciones. Las prerrogativas son la oración y el servicio visto en familia, en la parroquia y en la diócesis como un don de sí a los demás: llevar consuelo, transmitir la experiencia de fe a las personas con las que se encuentran y que se ha madurado primero en la vida matrimonial y luego en aquella consagrada al Señor”, dijo Monseñor Guerino di Tora, Obispo Auxiliar de Roma y delegado diocesano para el Ordo Viduarum.
Yo creo que muchas mujeres viudas querrían consagrarse a Dios de esta manera. Mujeres que sin un rito especial de consagración ya viven dedicadas al Señor y a su Iglesia y que verían coronada esta aspiración luego de haber llevado adelante sus matrimonios hasta la partida de sus cónyuges.