Al igual que Jesús, el Padre Pío tuvo con su madre biológica una relación muy estrecha, basta ver cuánto la lloró en su muerte para saber el gran amor que el Padre sentía por su santa mamá. Al igual que Jesús, el Padre Pío amó entrañablemente a la Madre de Dios, con una devoción tan especial que llegó a escribir que “María era la razón de toda su esperanza”.
El Padre Pío se configuró tanto con Jesús que consideró con igual amor a la Iglesia Católica como su propia madre y la respetó a tal extremo que fue siempre leal, obediente y respetuoso de la Iglesia, aunque los hombres dentro de la Iglesia, heridos por el pecado le hicieron sufrir tanto. Cuando el Papa Francisco nos dice que la Iglesia es femenina, el Padre Pío nos puede dar fe de esto pues para él fue su madre amadísima.
Aparte de sus tres madres, el Padre Pío tuvo cerca a otras mujeres especiales para él. Eran mujeres con las que el tenía una relación de Padre espiritual y una amistad pura y santa. Ellas han manifestado que su trato era familiar y cercano, las instruía, las alejaba del pecado y las conducía a una vida de santidad.
Nina Campanile, era maestra en San Giovanni Rotondo y conoció al Padre en 1916, fue de sus primeras hijas espirituales. Ella cuenta que fue testigo de tantas maravillas que Dios hacía por medio del Padre, pero sin duda la mujer que conocemos como la más cercana al Padre fue Cleonice Mocaldi a quien se le llama “su predilecta”.
Cleonice era también de San Giovanni Rotondo y era muy joven cuando conoció al Padre Pío allá en 1925. Era maestra de escuela y desde que conoció al Padre mantuvo con él una estrecha relación hasta 1968 cuando el Padre entra al cielo.
La vida del Padre Pío, sacerdote santo, nos muestra que se puede tener relación con mujeres siendo sacerdote, pero vemos en esto ciertas condiciones: se mantienen los límites de respeto, las distancias prudentes y se construye una amistad santa que cuide la gracia de Dios en todos y no lo contrario. Siempre recuerdo la frase que me dijo el Padre Freddy Chacón: “cuando una relación te aleja de la gracia de Dios hay que cortarla de raíz”.
Si los sacerdotes están llamados a configurarse con Cristo Sacerdote también están llamados a imitarlo en esta misión por dignificar a las mujeres, respetarlas y ayudarlas. Por otra parte, las mujeres también tenemos una responsabilidad por agradecer a Dios que nos mira con justicia e igualdad y espera que también cumplamos su voluntad y la misión para la cual hemos sido creadas. ¡Feliz fiesta del Padre Pío a quien acabamos de celebrar!