Face
Insta
Youtube
Whats
Miércoles, 17 Abril 2024
Suscribase aquí

El propósito más importante: ser mejores cristianos

By Febrero 13, 2023

Todos los años nos hacemos propósitos, metas y sueños que anhelamos desde nuestro corazón, pero pocos logran alcanzarlos por falta de constancia y se quedan en el camino, en palabras que se las lleva el viento.

Por eso los expertos en psicología recomiendan, hacerse propósitos u objetivos que nos planteen un compromiso y una motivación para llegar hasta el final.

Esto implica hacer pequeños cambios cada día, para cumplir con uno u dos objetivos semanales y contar con un plan de acción, pues sin acción solo hay pensamientos, intención, voluntad, pero no un cambio genuino.

En efecto, solemos plantearnos propósitos en momentos de emoción, y luego no sabemos gestionar los momentos en los que, de nuevo, nos inunda la pereza, sin embargo si contáramos con la ayuda y la motivación adecuadas, el compromiso y la constancia necesaria, eso no ocurrirá.

Ya es el momento de fijar nuestras metas en algo más profundo y preguntarse ¿Cuál es el cambio personal que deseamos dentro de nosotros y que transforme nuestra vida?  Los propósitos materiales no son malos, porque nos permiten dar un mayor bienestar a la familia, pero tratemos de definir también aquellos que nos ayuden a ser mejores personas, mejores cristianos y tratar de asumir ciertas actitudes y dejar de lado otras tantas.

Por ejemplo, un propósito muy fácil y el más importante de todos es acercanos más a Dios.  De esto se desprende todo lo demás, incluso el éxito, pues sin Cristo, nada podemos hacer. Es importante aumentar nuestro tiempo de oración y participar de manera más consciente en al celebración de los sacramentos.

Confiar más en Dios. Sobre esto, en ocasiones como cristianos nos sentimos frustrados  porque no escuchamos la voz de Dios. Basta con abrir la Biblia y leerla ahí escucharemos  de Dios las palabras que necesitamos. No le exijamos ni demandemos favores, solo pidámosle que se haga su voluntad.

Qué tal si también nos proponemos dejar de murmurar y de ver la paja en el ojo ajeno. Es increíble el daño que puede hacer nuestra lengua en contra de alguien más. Y lo peor es que muchas veces murmuramos en contra de alguien, según nosotros, en aras de la justicia divina: porque éste peca mucho, porque ésta gasta mucho dinero, porque este otro es muy sucio y descuidado, porque esta otra es una chismosa, porque este va a misa pero se pelea con todos al salir y entrar en su automóvil, porque esta otra también va a misa pero se queda dormida. La lista es inacabable.

¿Qué tal como propósito de este año dejar de murmurar y mejor mirar a nuestro interior cada vez que algo nos parece mal? Porque es un hecho irrefutable que casi siempre que nos disgusta algo que vemos que otro hace, ¡es porque en el fondo nos disguta que nosotros hacemos lo mismo! Por eso advertía Jesús que es fácil ver paja en el ojo ajeno y no la viga que se lleva en el propio.

Hagámonos el propósito de que al sentir la tentación de murmurar, cerrar la boca, ver a nuestro interior y en justicia decidir qué actitud debemos nosotros mismos cambiar, qué debemos dejar de hacer o que debemos comenzar a hacer.

También tratemos de vivir en paz y dejemos de enojarnos por todo. La mansedumbre es una virtud que nos ayuda a dejar de lado la violencia. Cuántas personas se ofenden por la forma en que los saluda el empleado de una tienda. Cuántos más se indignan porque el mesero no los vio al pasar frente a ellos. Cuántos estallan porque el conductor de adelante no va más de prisa. Cuántos se encolerizan porque su hija no guardó el cepillo y el espejo. Y en consecuencia agreden, gritan, insultan, ofenden, se vengan, toman represalias y lo peor, ¡se amargan la vida y se la amargan a los demás! “¡¿Y cómo no me voy a enojar?!” es su típica justificación. Pero esa actitud no es digna de un hijo de Dios. Este año hagámonos el propósito de evitar pleitos y riñas.

Disfrutar el hoy es un proposito invaluable. Dejemos de quejarnos por todo. Encontremos las cosas positivas de la vida, seamos agradecidos con todo cuanto tenemos, por el amanecer, la salud, el agua, los alimentos, los amigos y la familia, porque cuantos hay que no tienen nada de eso y por qué no, disfrutemos de la enfermedad, pues nos permite una pausa y acercarnos más a Dios.

Laura Ávila Chacón

Periodista, especializada en fotoperiodismo y comunicación de masas, trabaja en el Eco Católico desde el año 2007.

Síganos

Face
Insta
Youtube
Whats
puntosdeventa
Insta
Whats
Youtube
Dignitas Infinita
Image
Image
Image
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad