Durante el día, haz pequeñas pausas que te carguen de energía. Abre tus ojos a las posibilidades, según el espacio en el que vives o en el que estás: asómate a la ventana unos minutos, prepárate una bebida caliente, respira profundo, escucha tu canción favorita, chinea a tu mascota, haz ejercicios de estiramiento, dale una mirada a fotografías que te traigan buenos recuerdos, riega esa maceta que tienes olvidada. Libera endorfinas: haciendo pequeñas pausas que te recarguen de energía a lo largo del día.
Recomendación # 7
El humor y la risa son fundamentales
La risa siempre ha sido y seguirá siendo un poderoso recurso al cual echar mano, incluso en situaciones difíciles y retadoras. El humor es un recurso clave para mantener la higiene mental. Los chistes y bromas que circulan por WhatsApp y las redes sociales, cuando son respetuosos, son excelentes herramientas para combatir la ansiedad y la intranquilidad. El humor sano en estas semanas, es una emoción que ayuda a mantener el miedo a raya, sin lastimar a otras personas.
Recomendación # 8
Muévete sólo o en compañía
Estar una gran parte del tiempo en casa sin moverse impacta nuestra salud mental. Aplica lo mismo cuando estamos en la oficina, aunque a veces no seamos conscientes de ello. Hay que reservar un rato todos los días para movernos. Realizar estiramientos, pausas activas y actividad física nos ayuda a mantener el enfoque y combatir la ansiedad, tanto si estamos en nuestra casa como en la cocina. El espacio no debe ser un obstáculo. Así que muévete y eleva tus endorfinas.
Recomendación # 9
Refuerza lo positivo
En lugar de quejarte, encuentra oportunidades. Ahora que estamos pasando más tiempo en nuestros hogares -aún con la situación que enfrentamos y la incertidumbre que esto conlleva- es posible encontrar bienestar y felicidad en pequeñas cosas que podríamos haber estado ignorando, por el ritmo frenético en que vivimos. Haz una búsqueda de estos tesoros: mirar el atardecer, oler una flor, cocinar sin prisas tu receta favorita, llamar a tus abuelos, dibujar, hacer origami, rediseñar tu jardín, jugar escondite con tus hijos, enseñarle nuevos trucos a tu mascota, inventar recetas, ver tu álbum familiar de fotografías.
Recomendación # 10
Recurre a tu experiencia
Si tu voz interna te empieza frecuentemente a susurrar, o incluso a gritar, frases fatalistas del tipo: ¡Esto terminará muy mal!; ¡No hay nada que podamos hacer!; ¡Dónde vamos a acabar”; ¡Será el fin! ... frena y retoma el control de tu mente.
En el pasado, sin duda, te enfrentaste a situaciones difíciles, retadoras, complejas. Pregúntate: ¿Cómo las manejaste? ¿Qué recursos, herramientas y habilidades desplegaste para superarlas?; ¿Cómo controlaste tu ansiedad?; ¿Cómo gestionaste tus pensamientos y tus emociones?; ¿Qué hiciste?; ¿Con qué actitud?.
Una vez hecho tu examen de cómo enfrentaste situaciones de emergencia, echa mano a lo que te podría funcionar en la situación actual. En cada evento difícil de nuestras vidas, nos hemos hecho más fuertes, hemos aprendido. Recurre a tu resiliencia. Hazlo con optimismo.
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