"Estamos llamados a ser luz en medio de las tinieblas, esperanza en los tiempos difíciles", así inició su mensaje Mons. Manuel Eugenio Salazar, obispo de Tilarán-Liberia, esta mañana en la Basílica Nuestra Señora de los Ángeles, con motivo del VIII día de la Novena a la Patronal de Costa Rica.
Como es su costumbre, el obispo llevó un ramo de rosas para colocar a los pies de La Negrita. Asimismo, la Pastoral Social Diocesana llevó una serie de productos y artesanías de Guanacaste y Upala.
Mons. Salazar centró su homilía en motivar la participación de los católicos en política y trabajar a favor de la justicia social. ¿Dónde están los católicos metidos en política? ¿Dónde están los políticos católicos?, cuestionó el prelado.
Enfatizó en que "tenemos que tener nuestra mirada en el cielo, pero los pies puestos sobre la tierra", y que "estamos llamados a ser profetas, denunciar el pecado y anunciar la salvación".
Pero -advirtió- no desde una actitud farisaica o puritana, como si "nosotros fuéramos los buenos y los otros los malos". "Como cristianos estamos llamados a denunciar el pecado social, no solo los pecados de 'la cintura para abajo', sino el pecado estructural", apuntó.
También agregó que: "Estamos hartos de las mentiras, de la corrupción, de la ineficiencia del Estado (...) Me parte el alma ver a jóvenes en Guanacaste y Upala que no trabajan ni estudian, estancados y el tiempo pasa".
De igual forma, el obispo hizo un llamado al diálogo para lograr soluciones concertadas, dejar las divisiones partidarias e ideológicas para buscar el bien común.
También, expuso que la iglesia "no fue fundada para estar en la sacristía", sino "para salir a la calle, remar más adentro".
En este punto, pidió voltear la mirada a la Doctrina Social de la Iglesia y a la figura de Mons. Victor Manuel Sanabria, a quien calificó como el mejor obispo que ha tenido Costa Rica.
Monseñor insistió en que "los laicos no pueden permanecer al margen de la vida social y política".
Expuso, además, que muchos se apartan de la Iglesia, porque no comprenden de qué se trata. "La iglesia no es el grupo de los inmaculados, sino de los pecadores que creen en la infinita misericordia de Dios", añadió.
Parafraseando a San Romero, dijo: "Si la iglesia le da la espalda a los pobres, los pobres le darán la espalda a la Iglesia". Incentivó, entonces, a llevar esperanza y a llevar el amor de Dios a los otros.

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