La misión itinerante impulsada por el artista argentino Cristian Daniel Camargo, llega a Costa Rica, con el propósito de convertir los muros en espacios de encuentro, diálogo y transformación social.
Cristian es un conocido dibujante y muralista argentino nacido en 1992 que ha dedicado su arte a promover la paz y la esperanza en comunidades vulnerables alrededor del mundo. Su trabajo se caracteriza por murales coloridos y expresivos que buscan transmitir mensajes de paz, justicia y la sinodalidad.
El artista visita nuestro país del 7 de noviembre al 6 de diciembre, tiempo durante el cual comparte en diócesis y parroquias, así como con grupos de jóvenes y misioneros digitales (ver módulo).
La misión se desarrollará en las diócesis de Limón y Alajuela y en algunas parroquias de la Arquidiócesis de San José, también ha sido programada una actividad a nivel nacional, la visita al Seminario Nacional y la participación en diversos medios de comunicación.

Su visita, auspiciada por la Asociación María Madre de los Pobres, de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes en Granadilla Norte de Curridabat, parte de una convicción: el arte colectivo puede sembrar esperanza allí donde muchas veces prevalece la fragmentación, el dolor o la indiferencia. A través de murales creados junto con comunidades, jóvenes, escuelas y organizaciones sociales, se pretende generar un proceso participativo que deje huellas visibles de unidad y esperanza.
Cada mural, explica un comunicado enviado a los medios, “más que una obra pictórica, será un testimonio de la esperanza compartida, un espacio que invite a soñar con un futuro distinto, a fortalecer los lazos comunitarios y a promover la cultura de la paz, propiciando una experiencia artística que movilice y dé voz a quienes anhelan un mundo más justo y humano”.
El objetivo principal de la visita del artista es que cada mural que quede a su paso sea una semilla de esperanza que inspire a las comunidades a reconocerse como protagonistas del cambio social, y que el color, la creatividad y la participación transformen no sólo paredes, sino también corazones.
Ello se logra a través de espacios para el dialogo y la escucha desde el centro que es Jesús de Nazaret, cuyas conclusiones pueden plasmarse en los murales que serán realizados en las comunidades por los participantes para dejar testimonio de la lucha por un mundo nuevo, justo y fraterno. Las obras quedarán, además, como una huella en el Año Santo de la Esperanza que estamos viviendo.

El trabajo de Camargo se caracteriza por ilustraciones y murales coloridos que buscan transmitir mensajes de paz, justicia y la sinodalidad.
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