El curso que más disfruté en la Universidad de Costa Rica fue sobre la apreciación del arte. Quizás fue porque el profesor tenía tanta pasión para presentarnos los grandes pintores y obras maestras de la historia del arte. Hoy quiero referirme a “Las Meninas” de Velázquez y hacer una analogía interesante.
Las meninas fueron pintadas en 1656, es un óleo sobre lienzo y una de las obras de mayor tamaño del famoso pintor Diego Velázquez, español. Los críticos consideran que esta es la obra más ilustre del pintor. Se trata de una escena pintada en el cuarto del príncipe del Alcázar de Madrid, donde hay servidores, dispuestos alrededor de la infanta Margarita, a la que atienden doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel Velasco, meninas de la reina. Además, está Velázquez trabajando el lienzo y otros personajes más. Incluso el espejo refleja que también estaban en la escena los padres de la infanta, Felipe IV y Mariana de Austria.
Se trata entonces de un retrato de grupo de extraordinaria belleza, que representó con éxito la vida, lleno de interpretaciones históricas y artísticas. Posiblemente, hoy este cuadro no nos diría nada a la mayoría porque es un retrato de la época y es difícil comprenderlo ahora. De hecho, no es mi pintor favorito ni el estilo que me atrae más, aunque lo aprecio por ser un verdadero tesoro del arte universal, pero ahora quiero quedarme con el hecho de ser un cuadro que represente el hogar y el ambiente familiar y que incluye las meninas, las damas de honor de la hija de los reyes.
Por un lado, he pensado cómo retratar la familia en la sociedad de hoy. Es difícil, porque ahora hasta el modelo de familia es cuestionado. Y, por otro lado, me he preguntado cuáles son las meninas modernas, refiriéndome a la mujer y tristemente siento que en muchos casos la mujer ser vuelve, no tanto menina sino esclava de tantas cosas y cómo representar eso vívidamente.
Desde la fe, me encantaría que Velázquez pintara a la Sagrada Familia, donde no habría meninas porque no tuvieron, fueron pobres y servidores de todos y que este modelo de familia fuese el gran referente para todos, aunque por circunstancias variadas, a veces solo está la madre o el padre pero que aspirásemos a ello. Cuando veo noticias de que la juventud está en tanta violencia, no solo los muchachos que están en pandillas relacionadas al narcotráfico sino esa gran cantidad de jóvenes en colegios que están golpeándose agresivamente, pienso ¿cómo serán sus familias?, ¿de dónde viene la violencia que están proyectando?, creo que eso nos daría mucha luz la necesidad de volver a recuperar la familia según Dios.
Yo siempre he sentido que la mujer es clave para la paz. Este pensamiento también lo tiene el Papa Francisco. La mujer fue creada para dar vida, ella lleva al hijo en su vientre, generalmente lo educa en sus primeros años de vida, tienen una sensibilidad especial incluso hacia la fe y no es que sea yo machista, sino que en la Iglesia vemos que la gran mayoría de servidoras son mujeres. Muchas amigas mías sostienen la fe de sus familias y viven empujando a todos a rezar, a los sacramentos, a Dios.
Pero las mujeres estamos como las meninas de Velázquez en su mayoría: sirviendo no a una Reina sino a los ídolos como el dinero, el cuerpo, la fama, las ideologías (y aquí incluyo el feminismo radical), el sexo…entre otros. Es necesario luchar por la mujer porque ella trae el balance, pero si ella se pierde también, será muy difícil recuperarnos como sociedad.
Tengo el mejor ejemplo en mi casa. Mi madre crió a mi sobrino cuando quedó huérfano y desde antes. Ese niño hoy es un hombre profesional, padre de familia, responsable, sano y de fe. Lo anterior lo obtuvo de su abuela, aunque había perdido a su madre. Sin esta mujer no quiero ni pensar donde estaría hoy. Debemos luchar por la mujer.
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