Es la primera vez que un Sumo Pontífice visita el Reino de Baréin, un estado insular, ubicado en el Golfo Pérsico, entre Arabia Saudí y Qatar. El Papa Francisco llega como invitado por las autoridades civiles y eclesiásticas de ese país para participar en un foro sobre convivencia humana entre Oriente y Occidente.
El Santo Padre estará en este pequeño archipiélago del 3 al 6 de noviembre. Arribó en horas de la tarde a ese país (4:45 p.m. hora local). Debido a los problemas físicos de rodilla, tuvo que andar en silla de ruedas.
Al bajar del avión, fue recibido por niñas ataviadas con el traje tradicional que esparcieron pétalos de rosa a su paso, así como por autoridades y miembros de la familia real. De allí, partió a realizar la visita de cortesía al Rey de Baréin, Hamad Bin Isa Al Jalifa, en el Palacio Real de Sakhir.
Este pequeño estado está habitado por más de un millón y medio de personas, está formado por un archipiélago de 33 islas y es de mayoría musulmana, los cristianos constituyen sólo un 15% de la población, según informa Vatican News.
Asimismo, los medios de comunicación han señalado que aunque en el país conviven diferentes religiones y culturas, la familia real (perteneciente a la rama suní del Islám) ejerce opresión contra los musulmanes chiíes, que representan dos tercios de la población y al parecer no cuentan con los mismos derechos.
El Pontífice estará en ese pequeño Estado del 3 al 6 de noviembre. Participará en la clausura del Foro de Diálogo de Bahréin, Oriente y Occidente por la Convivencia Humana, el cual se lleva a cabo con el patrocinio del Rey, y en él participan numerosas personalidades intelectuales y representantes de religiones de diferentes países.
En ese espacio, mañana, durante la clausura del Foro, Francisco enviará un mensaje, en nombre de Dios, sobre la paz y la fraternidad. Un momento importante, en un momento donde el mundo vive varias guerras y, sobre todo, si se tiene en cuenta que la región de Medio Oriente sufre a causa de conflictos armados y grupos terroristas.
Sembrador de paz
Hoy, en el encuentro con Su Majestad, Hamad Bin Isa Al Jalifa, el Papa habló sobre la imagen del Árbol de la vida, un símbolo de Bahréin. “Se trata de una acacia majestuosa, que sobrevive desde siglos en una zona desértica, donde las lluvias son muy escasas”, dijo el Vicario de Cristo.
Y agregó: “Parece imposible que un árbol tan longevo resista y prospere en tales condiciones. Según dicen, el secreto está en las raíces, que se extienden por decenas de metros bajo el suelo, alcanzando depósitos de agua subterráneos”.
“Veamos las raíces”, instó el Santo Padre, y destacó el compromiso de Bahréin en investigar y valorar su pasado, “que da cuenta de una tierra sumamente antigua, a la que, desde hace milenios, los pueblos acudían atraídos por su belleza, debida particularmente a la gran cantidad de fuentes de agua dulce que le dieron la fama de ser paradisíaca”.
Esto, señaló Francisco, sirvió para el encuentro entre poblaciones diversas. “Esta es el agua vital de la que todavía hoy se abrevan las raíces de Bahréin -continuó-, cuya mayor riqueza resplandece en su variedad étnica y cultural, en la convivencia pacífica y en la tradicional hospitalidad de la población”.
Es decir, “una diversidad que no es uniformante, sino inclusiva, es la que representa el tesoro de todo país verdaderamente desarrollado”, explicó.
El Santo Padre subrayó que los numerosos grupos nacionales, étnicos y religiosos que coexisten en Bahréin dan testimonio de que se puede y se debe convivir en nuestro mundo. “¡Trabajemos juntos, trabajemos por todos, por la esperanza! Estoy aquí, en la tierra del árbol de la vida, como sembrador de paz”, añadió.
Más adelante, el Papa profundizó sobre la libertad religiosa y los derechos humanos. “Para que la libertad religiosa sea plena y no se limite a la libertad de culto; para que la misma dignidad y la igualdad de oportunidades sean reconocidas concretamente a cada grupo y a cada persona; para que no haya discriminaciones y los derechos humanos fundamentales no sean violados, sino promovidos”.
Mañana, 4 de noviembre, en la Clausura del Foro, Francisco será recibido por el Rey y el Gran Imán de al-Azhar, para ir juntos a un jardín a plantar un árbol, el Árbol de la Paz. El 5 de noviembre presidirá una Santa Misa por la Paz y la Justicia en el Estadio Nacional de Bahrein, y por la tarde tendrá un encuentro con jóvenes en el Colegio del Sagrado Corazón.
El 6 de noviembre, tendrá lugar un encuentro de oración en Manama, con obispos, sacerdotes, consagrados, seminaristas y agentes de pastoral, con el rezo del Ángelus en la iglesia del Sagrado Corazón, la primera iglesia católica de toda la zona del Golfo. Y luego, tomará el vuelo de regreso a Roma.
