Directores reconocidos y estrellas de cine a nivel mundial se reúnen este sábado 15 de noviembre en El Vaticano, donde compartirán con el Papa León XIV. En este encuentro participan personalidades como las actrices Cate Blanchett (ganadora de dos premios Óscar) y Mónica Belluci, así como los aclamados directores Spike Lee, George Miller, Gaspar Noé, Giuseppe Tornatore y Gus Van Sant, entre otras figuras.
En el marco del Año Jubilar de la Esperanza, Su Santidad ha manifestado su deseo de profundizar el diálogo con el mundo del cine y ha hablado sobre explorar las posibilidades que la creatividad artística ofrece para la misión de la Iglesia, así como la promoción de los valores humanos. Este año, el Sucesor de Pedro también ha compartido con leyendas del cine como Robert de Niro y Al Pacino.
Asimismo, El Vaticano compartió cuatro películas favoritas de León XIV: Qué bello es vivir (1946), de Frank Capra; La novicia rebelde (1965), de Robert Wise; Gente corriente (1980), de Robert Redford; La vida es bella (1997), de Roberto Benigni.

Qué bello es vivir, 1946
Clásico por excelencia del cine navideño. Qué bello es vivir cuenta la historia de George Bailey (James Stewart), un hombre que ha sido responsable, bondadoso y que ha trabajado duro en su vida, pero que ve sus sueños incumplidos y contempla suicidarse en Nochebuena. Su ángel de la guarda le muestra el impacto que él ha tenido en la vida de otras personas y cómo sería todo si él no hubiese existido.
Es considerada una de las mejores películas de la historia por especialistas. Obtuvo cinco nominaciones a los Premios Oscar, entre las que estaban incluidas Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor. También ocupa el primer lugar de la lista de películas más inspiradoras del American Film Institute (AFI’s 100 Years...100 Cheers).
Es una película que destaca valores familiares, la solidaridad, la bondad y la amistad.

La Novicia Rebelde, 1965)
María, Una joven postulante a un monasterio austriaco en Salzburgo, Austria, en 1938, es enviada para ser institutriz de los siete hijos de un oficial naval retirado, viudo y amargado. Ella trae amor, alegría y música a esta familia que ha sufrido a causa de la guerra.
Como dato curioso, la historia está inspirada en una historia real. La producción está protagonizada por Julie Andrews y Christopher Plummer, es un clásico de los musicales estadounidenses y es sumamente valorada por su impacto cultural.
Es una película que habla sobre el amor de pareja y el amor familiar. Pero también acerca del discernimiento vocacional, puesto que la joven María sale del convento precisamente como parte de su proceso para comprender qué quiere Dios para ella.

Gente común, 1980
Fue la primera película que dirigió Robert Redford, quien falleció este año, pero meses antes tuvo un encuentro con el Papa Francisco, quien a su vez partió a la Casa del Padre en abril pasado.
Gente común cuenta la historia de desintegración de una familia rica, tras la muerte de un hijo en un accidente y el intento de suicidio de otro. La película recibió importantes premios, entre ellos cuatro Premios Oscar, incluidos Mejor Película, Mejor Director, y Mejor Actor Secundario. Está protagonizada por Donald Sutherland, Mary Tyler Moore, Judd Hirsch y Timothy Hutton.
Lejos de representar relaciones familiares ideales, el filme muestra conflictos, culpas y problemas de comunicación. Y, por otro lado, también transmite la vivencia de un proceso de sanación y perdón.

La vida es bella, 1997
Considerada ya un clásico del cine italiano, La vida es bella, dirigida e interpretada por Roberto Benigni fue un éxito comercial y a nivel de críticas especializadas.
Esta mezcla de drama y comedia cuenta la historia de Guido Orefice, un propietario de una librería judía italiana, él usa su imaginación para proteger a su hijo pequeño de los horrores de un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
En el contexto del Año Jubilar de la Esperanza esta es justamente una película que habla de la esperanza en medio de las peores condiciones.
También se podría hablar sobre la unidad familiar o la pureza en la inocencia infantil, pero quizá el mensaje más fuerte de la película sea el amor de un padre por su hijo, pues Guido está dispuesto a sacrificar su propia vida por proteger a su hijo del odio y el horror de este mundo.












